miércoles, 26 de septiembre de 2018

Israel-Malkhout-Jehova

A continuación, extractos de "El Misterio de Belicena Villca", en donde nos revela y explica que Israel, es un Aspecto del mismísimo Jehová.
En el primer extracto, citamos parte de la exposición de los inmortales Bera y Birsa, ante cuatro golen (o si se quiere, cuatro sinarcas). Bera y Bira fueron Reyes de Sodoma y Gomorra respectivamente, y ahora son sacerdotes inmortales de la Orden de Melquisedec


Como sabéis, esta imagen del Arbol Rimmón Sephirótico, simboliza a Adam Ilaah, el Hombre de Arriba, también llamado Adam Kadmon, el Hombre Primordial, es decir, la Forma Humana de YHVH, la cual se reproduce en Adam Harishón, el hombre terrestre. En los frutos del Divino Granado de la Vida están los Diez Nombres-Números arquetípicos con los cuales El adoptó dicha Forma y dio existencia a todos los entes creados. Estos Nombres-Números llamados Sephiroth son el nexo entre la Unidad de YHVH y la pluralidad de los entes: para YHVH, los Sephiroth son idénticos y uno con El Uno; para el Mundo, los Sephiroth son distintos y dan existencia a lo múltiple que constituye la realidad. Visto desde el Mundo, por Nosotros, los Seres Creados, los Diez Sepiroth emanan sucesivamente de El Uno sin dividirlo, y brotan del Arbol Rimmón.

El primer fruto es Kether, la Corona de Ehyeh, el Aspecto esencial de YHVH: bajo Kether recién está el Trono de Dios, el Más Alto de la Creación.
Kether es el Santo Anciano, attiká kadisha, o más aún, el Anciano de los Ancianos, attiká deatikim. El se sienta en el Trono y hasta El solo llega Metatrón, quien a veces desciende hasta los hombres, como habló con Moisés en el Sinaí, y los conduce ante el Anciano de los Días. El es el que dijo a Moisés –“Yo Soy El que Soy”, Ehyeh Asher Ehyeh [Exodo, 3,14]. El Poder de Ehyeh se extiende directamente sobre los Seraphim o Serafines, Haioth Hakadosch, es decir, Almas Santas, Angeles Constructores del Universo.

De Kether surge el segundo de los Sephiroth, la Sephirah Hokhmah, la Sabiduría de Yah, el Dios Padre. La Hokhmah es el Divino Pensamiento de todos los entes: nada hay que haya existido, exista, o vaya a existir, que antes no estuviese en potencia en la Hokhmah; muchos son los granos de este Fruto, Padre de todos los frutos de la Tierra. Esta misma imagen del Arbol Rimmón
es producto de la Sephirah Hokhmah, que en este caso se revela a sí misma.
Quien se hace presente en la Hokhmah, e introduce a los hombres en la esfera del Padre, es Raziel, el Angel que escribió para Adán el Primer Libro de la Ley.

Pero la Sabiduría del Padre cruza del canal dahat y se refleja en Binah, la Tercera Sephirah, cuya Inteligencia Divina es necesaria para que se concrete la creación de los entes pensados. Binah es la Gran Madre Universal: por Ella la Sabiduría del Padre produce los frutos de los Mundos y del contenido de los Mundos. El Fuego Caliente de su Amor Universal inunda el Eter Avir y transmite a todos los Mundos la Inteligencia de YHVH Elohim, el tercer Aspecto de El Uno.
Bajo su Poder se encuentran los enérgicos Angeles Aralim, que actúan en la esfera de Saturno, pero el Angel principal, el que comunica al hombre con la Divina Madre, es Zaphkiel, el que fuera guía de Noé, el gran navegante: Binah es, pues, Señora de Marinos.

–Kether, Hokhmah y Binah constituyen el Gran Rostro del Anciano, Arikh Anpin: los siete Sephiroth de Construcción que restan forman, a su vez, el Pequeño Rostro de Dios, reflejo de El Gran Rostro y primer acceso a El Uno que el hombre puede obtener partiendo de cualquier cosa creada.

–Los siguientes Sephiroth son Numeraciones emanadas de la Trinidad esencial Kether, Hokhmah y Binah: Hoesed y Netsah, que se encuentran a la derecha del Arbol Rimmón, son masculinas como el Padre; Din y Hod, femeninas como la Madre, fructifican a la izquierda del Granado. En la columna central de un tronco, crecen los frutos neutros, que sintetizan los opuestos de las dos trinidades sucesivas: Din, Tiphereth, Hoesed, creadora y productiva, y Hod, Yesod, Netsah, ejecutora y concretadora de los entes. Por último, está en el centro Malkhouth, el Reino, que refleja a Kether, la Corona, y es la síntesis manifiesta de la Forma de El Anciano de los Días: por el Reino desciende la Shekhinah a la Tierra, y el Reino de Dios se concretará en la Tierra cuando la Shekhinah tome la forma del Pueblo Elegido, Gobernada por el Rey Messiah.

El cuarto Sephiroth es, pues, Hoesed, la Gracia de Elohai, Su Misericordia y Piedad. Es La Mano Derecha de YHVH y bajo Su Poder se hallan esas criaturas de los Cielos llamadas Dominaciones o Hasmalim, que actúan en la esfera de Júpiter. El Angel principal es Zadkiel, que fuera guía de Abraham.

El quinto Sephiroth es Din, el Rigor de Elohim Gibor. De este fruto
procede la Ley de Dios, y sus granos son las Sentencias de Su Tribunal: todo acto humano, y todo ente de la Creación, deben someterse al Juicio, de
Geburah, de Elohim Gibor. Es La Mano Izquierda de YHVH y bajo Su Poder están las Potestades denominadas Seraphines, que influyen en la esfera de Marte. Su Angel principal es Kamael, el protector de Sansón.

El sexto Sephiroth es Tiphereth, la Belleza de YHVH. Unido con las Sephirah Hoesed y Din conforman la tríada productora de los entes creados, Din, Tiphereth, Hoesed, pero en realidad Tiphereth es el Corazón de YHVH, el asiento del Fuego Caliente de la Gran Madre Binah. En Tiphereth, las Formas adquieren la perfección arquetípica de la Belleza Suprema: los actos de los
hombres, inspirados en Tiphereth, sólo pueden ser actos de Amor; y los entes creados, se hallan religados entre sí por el Amor Universal que irradia el Corazón de YHVH. En Tiphereth todo es Bello y Perfecto, porque la Sabiduría Hokhmah de las cosas pensadas perfectas, y la Inteligencia Binah de su concepción, producidas por la Gracia Hoesed y ajustadas al Rigor Din de la Ley, brillan en su Fruto. Mas Tiphereth no es una Granada sino una Fresa, es decir, una Rosa, otra parte del Mensaje Uno del Amor de YHVH hacia el Hombre Anímico. La Fresa Tiphereth se transforma en Rosa cuando el Corazón del Hombre terrestre alberga el Fuego Caliente de la Pasión Animal. Bajo Su Poder se encuentran los Angeles que operan a través de la esfera del Sol, las Virtudes llamadas Malachim. Y existen aquí dos poderosos Angeles: uno, Rafael, que fue guía de Isaac; y otro, Peliel, que dirigió el destino de Jacob. Actúan también aquí unos Angeles que deberían estar más alto: son los Seraphim Nephilim que los Atlantes blancos acusan de “Angeles Traidores”, pero que en verdad sirven a YHVH con enérgica dedicación, llevando adelante sus Planes de progreso humano y favoreciendo la creación de la Sinarquía Universal del Pueblo Elegido. Ellos fundaron la Fraternidad Blanca y fijaron su residencia en el Corazón de YHVH; y de Ellos depende la Jerarquía Oculta de Sacerdotes de la Tierra.

El séptimo Sephiroth, Netsah, revela la Victoria de YHVH Sebaoth, el Dios de los Ejércitos Celestes. Es La Columna Derecha del Templo, Jaquim, y bajo Su Poder están los Principados o Elohim, los Angeles que influyen desde la esfera de Venus. Cerviel, el Angel director de David, la preside.

El octavo Sephiroth es Hod, la Gloria de Elohim Sebaoth, la Columna Izquierda del Templo, Boaz. Domina a los Arcángeles Ben Elohim, que se 
expresan desde la esfera de Mercurio: Miguel, el inspirador de Salomón, es aquí el Angel principal.

El noveno Sephiroth es Yesod, el Fundamento de la Creación de YHVH Saddai, el Todopoderoso. Es el órgano reproductor de YHVH, y, conjuntamente con Netsah y Hod, compone la última tríada constructora o ejecutiva: Hod, Yesod, Netsah. Su Poder abarca a los Angeles conocidos como Querubines, que se manifiestan desde la esfera de la Luna, y su Angel principal es Gabriel, protector de Daniel.

Y el décimo Sephiroth es Malkhouth, el Reino de Adonai Melekh, el Señor Rey de la Creación, reflejo último del Anciano de los Ancianos. Por eso bajo Su Poder se sitúan todos los miembros de la Jerarquía Oculta y de la Fraternidad Blancalos Issim del Pueblo Elegido. Y por eso su Angel principal es Metatrón, el Alma del Messiah. Malkhouth es la Madre Inferior, como Binah es la Madre Superior, mas, si el descenso de la Madre Inferior se exterioriza en el Pueblo Elegido, éste pasa a ser la Shekhinah, la Esposa Mística de YHVH.

Trigesimoprimer Día
Todo esto, vosotros lo conocéis bien –agregó Bera, que era quien estaba describiendo el dibujo del Sepher Icheh– pero he repetido lo esencial para evitar malentendidos, pues enseguida explicaremos el Misterio de la Piedra de Fuego.
Semejante explicación, que fue a Nos solicitada por el Gran Maestre del Temple, requiere la comprensión previa y exacta de la Obra de El Uno, de la Creación de YHVH, de Su Manifestación en lo Creado como Arbol Rimmón de los Principios inmanentes y absolutos, de su triple principio de la acción inmanente, Shekhinah, Avir, Metatrón.
Suspiró, aliviado, el Gran Maestre, quien ya temía que la explicación pedida no llegase nunca.
–Observad las raíces del Granado de la Vida: surgen del décimo Sephiroth, el Reino, que lleva en su tronco el Signo de la Almendra. Como el candelabro Menorah, las raíces son siete y culminan en los cálices de la flor de Almendra, donde se asoman al Mundo terrestre los Ojos de YHVH, los Ojos que nunca duermen, los Ojos que lo ven todo, los Ojos que viera el Profeta Zacarías.
Estas raíces ópticas del Arbol de YHVH representan a Israel Shekhinah, al Pueblo Elegido, siendo Uno con El Uno, es decir, muestran la concreción del Plan, muestran al Pueblo Elegido ejerciendo el Gobierno Mundial en Nombre de El Uno: en verdad, será el inefable Uno quien se mostrará en la Shekhinah de Israel al Final del Tiempo.

–Dijo el Profeta: –prosiguió Birsa– “Así dice YHVH: el Cielo es mi Trono, y la Tierra la Piedra de Fuego bajo mis pies”. YHVH descansa, pues, sus pies, las raíces del Arbol Rimmón, sobre una Piedra de Fuego que no es otra más que el Alma del Messiah, manifestada en la Shekhinah: esa Piedra terrestre, es la réplica de Metatrón, el Hombre Celeste, Arquetipo de todos los hombres de barro
caliente. Porque esa Piedra de Fuego, que estaba desde el Principio de la Creación, pero que no fue empleada por los Constructores, encajará con justeza al Final del Tiempo, cuando el Tiempo sea terminado y se constituya en Piedra Angular, Clave de Bóveda de todo el edificio: “La Piedra que el Cantero desechara, se ha tornado Piedra Angular” [Salmo, 118,22]. ¿Y dónde se asienta esa Piedra de Fuego, el Alma del Messiah, Metatrón, que es modelo de todos los hombres de barro caliente? Según el Profeta: “Por eso, dice Adonai YHVH: Aquí estoy Yo poniendo en Sión el cimiento de una Piedra, una piedra probada, angular, preciosa, fundamental, cimentada; quien crea, no se moverá de aquel cimiento” [Isaías, 28,16]. Los hombres mortales, Piedras de Barro, serían al Final como la Piedra de Fuego, como Metatrón, el Hombre Celeste; serían así cuando el Templo estuviese listo, y cada uno ocupase su lugar en la construcción, de acuerdo al modelo del Messiah; serían así en los días en que el Reino de YHVH se concretase en la Tierra; y reinase el Rey Messiah; y la Shekhinah se manifestase como el Pueblo Elegido. Porque sólo para Israel ha creado YHVH el Reino y el Rey: ningún pueblo Gentil ha sido nunca un verdadero Reino, aunque lo haya parecido, ni ha existido un verdadero Rey, fuera del Pueblo Elegido: por eso el Nombre Melquisedec, del Supremo Sacerdote de nuestra Orden, significa en realidad “El que destrona a los Reyes” y no “El Rey de Sedec” como hemos hecho creer a los Gentiles.
Melquisedec, y los que pertenecemos a su Orden, hemos de destruir todo falso Reino y todo falso Rey antes de que se reproduzca en la Tierra el verdadero Reino de YHVH, Malkhouth, con el Gobierno Mundial del Pueblo Elegido.
Sin embargo, Sacerdotes, el Plan de Dios ha sido trastornado y ahora será necesario sacrificar a los hombres de barro en un Holocausto de Fuego, al Final del Tiempo, justamente cuando el Templo esté levantado y el Reino se realice en la Shekhinah de Israel: como Os aseguramos, la Piedra de Fuego deberá ser lavada con lejía para borrar su Señal Abominable.
La Piedra de Fuego, que era un Arquetipo Puro al Principio del Tiempo, se multiplicó, sin perder su singularidad en El Uno que caracteriza a todos los Sephiroth: y cada Piedra de Fuego, idéntica a la del Principio, era un Alma que alcanzaría la perfección al Final, al ser como todas Una con El Uno; el hombre de barro llegaría así a ser Piedra de Fuego, semejante a Metatrón: para ello sólo debería cumplir la Ley y desplazarse en el Tiempo hacia el Final, donde estaba la Perfección.

Pero he aquí que Ellos, los Seraphim Nephilim, creadores de la Fraternidad Blanca, grabaron el Signo Abominable en la Piedra de Fuego sobre la que cada Alma de los hombres de barro se asienta. Y el Signo Abominable enfrió la Piedra de Fuego, Aben Esch, y la quitó del Final.
Entonces, Sacerdotes, la Piedra que debe ser lavada con lejía al Final, es la Piedra Fría que no tendría que estar donde está, porque no fue puesta al Principio por el Creador Uno.
Piedra Maldita, Piedra de Escándalo, Semilla de Piedra: Ellos la plantaron después del Principio en el Alma del hombre de barro y ahora se halla en el Principio.
El Tiempo es el constante fluir de la Conciencia de El Uno: entre el Principio y el Final del Tiempo está la Creación; y al Final del Tiempo está la Perfección del Alma como Piedra de Fuego. Es la Voluntad de YHVH que el Alma alcance la Perfección Final según el modelo de Metatrón.
Pero ahora el Alma no puede ver a la Piedra Fría que lleva hundida en su seno. No la percibe hasta que ella se atraviesa en su camino y se convierte en Piedra de Tropiezo para el Alma, en Obstáculo Insalvable para alcanzar el Bien de la Perfección Final.
Sin la Semilla de Piedra en el Alma del hombre de barro no habría habido Mal ni Odio hacia la Creación, la evolución se hubiese realizado por la Fuerza del Amor al creador, la Perfección Final hubiera estado asegurada para toda Alma Creada: ahora ese Plan de YHVH será imposible de cumplir, y el Juicio Din del Anciano de los Días determina que sólo quienes alcancen el Bien de la Perfección Final, en cualquier Tiempo, lleguen vivos al Final del Tiempo; en cambio los contaminados por el Mal, los hombres de barro cuyas almas incuben, aún sin saberlo, la Semilla de Piedra, serán disueltos y transformados en lejía, para lavar con ella el Signo Abominable en la Piedra de Fuego.
–Sí, Sacerdotes: –continuó Birsa– Ehyeh creó todos los seres, incluida la Piedra. A ella la extrajo del Fuego Caliente y por eso la designó como “Piedra de Fuego”. Y puso a todos los Seres Creados en el Devenir del Tiempo, que es el Fluir de Su Conciencia: porque antes del Principio no existía nada creado salvo el inefable Ser Supremo.

El Espíritu de El Uno salió al Principio del Ein Sof, el Infinito Actual, que representa la nada para todas las Almas creadas. Así El Uno, que surgió también de esa nada, sacó de ella los Seres Creados, el primero de los cuales fue el Fuego Caliente, creado el primer Día: dio así Principio al Tiempo. El Alma del hombre de barro, creada luego, comenzó a evolucionar desde entonces, en dirección a la Perfección Final. Mas esa evolución era muy lenta.

Para acelerarla vinieron los Seraphim Nephilim con el consentimiento de El Uno; también surgieron de Ein Sof: a tales Angeles, nuestros enemigos denominan “Dioses Traidores”. Lo cierto es que Ellos extrajeron de la nada el Abominable Signo No creado y lo grabaron en la Piedra Caliente: y ese fue el Origen del Mal. La Piedra Señalada se transformó por ese Signo en “Piedra Fría” y se trasladó instantáneamente al Principio del Tiempo, retrocedió a la nada inicial para sostener una existencia abominable fuera del Tiempo.
De entre los Seres creados, de entre las Piedras Creadas, la Piedra Fría rechazó el Orden de la Creación, se rebeló a la Voluntad de El Uno y se declaró Enemiga de la Creación.
Quienes habían introducido el Signo No Creado en el Mundo, plantaron la Piedra Fría en el Alma del Hombre como Semilla de Piedra, para que creciese, madurase y fructificase, para que la fuerza de su desarrollo elevase al Alma rápidamente a la Perfección Final. Pero aquella Semilla, como dijimos, produciría un Fruto extremadamente hostil hacia el Dios Uno y Su Creación: un Fruto que sólo aceptaría existir fuera del Tiempo, antes del Principio, un Fruto que sólo ansiaría abandonar el mundo de los Seres Creados y perderse en la nada original; un Fruto que no podría ser previsto por el Alma porque su Semilla permanecería invisible desde el Principio; un Fruto al que denominarían “el Yo”.
Y la causa de ese Fruto no sería la Piedra Fría, ni la Semilla de Piedra, sino esos habitantes del Abismo a los que conocéis como Espíritus Hiperbóreos. Ellos son nuestros verdaderos enemigos, mas, afortunadamente, sólo pueden manifestarse en el Alma del hombre mediante la Piedra Fría; comprenderéis, que aquello que los encadena al Alma del hombre, sin que Ellos lo adviertan, es la Piedra Fría en el Principio. Empero, si la Piedra Caliente fue extraída del Fuego Caliente, el Fuego Frío, contrariamente, ha brotado de la Piedra Fría: por ese Fuego Increado la Estirpe Maldita de Tharsis, que acabamos de exterminar, escapó durante siglos a nuestro control e infectó al mundo con Hombres de Piedra que pretendieron destruir las bases del Culto.

Al parecer, los Seraphim Nephilim no contaron con que el Fuego Frío brotaría de la Piedra Fría y revelaría a los hombres luciféricos lo que Ellos denominan “Negrura Infinita de Sí Mismo”; por eso es necesario, desde que tal odioso Misterio fue posible, evitar en el Futuro que la Semilla de Piedra madure y fructifique, que nazca el Niño de Piedra que recibirá la revelación del Fuego Frío y apagará el Fuego Caliente del Corazón; es necesario lavar la Piedra Fría con Lejía para que recupere el Fuego Caliente, el Fuego que jamás debe abandonar el Corazón del hombre.

En verdad, Sacerdotes, aunque Ellos culpen a El Uno, y a sus representantes terrestres, de la desgracia que los aqueja, fueron los Seraphim Hiperbóreos, los que moran en el corazón de YHVH, Tiphereth, quienes conservan el encadenamiento espiritual; cierto que éstos obraron con el consentimiento de El Uno y nadie sabe cuándo ni para qué los creó, ni por qué les otorgó, también, el Poder de extraer seres de la nada. A menos que se conceda crédito a lo que Ellos mismos afirman: que no son Seres Creados por El Uno sino que proceden, como Ehyeh, de un Mundo existente Más Allá del Ein Sof; y que su naturaleza espiritual es igual a la de El Uno. Pero creerles a Ellos sería cometer la más grande herejía contra la Hokhmah del Maestro del Todo, pues ¿acaso no declaró el Uno mismo su Unidad Absoluta y Excluyente?:
“¿A quién me compararéis que se me parezca?, dice el Santo Anciano. Levantad a lo alto vuestros ojos y mirad: ¿Quién creó todo aquello?” [Isaías, 40,25]. 
“Así dice YHVH, Rey de Israel, su Redentor, YHVH Sebaoth: Soy el Primero y el último, y fuera de mí no hay ningún Dios. Vosotros sois mis Testigos. ¿Hay algún Dios fuera de mí? No hay otra Piedra; Yo no la conozco” [Isaías, 44,6]. 
“Vosotros sois mis testigos, dice YHVH, pues sois el Pueblo Elegido por Mí para que sepáis y comprendáis que Yo Soy, Ehyeh. Antes de Mí ningún Dios existió, y después de Mí no lo habrá. Yo, Yo Soy YHVH, y fuera de mí no hay Salvador. Yo Soy Dios desde siempre y también desde hoy Soy el mismo, y no hay quien escape de mi mano: haré lo que quiera ¿y quién lo cambiará?” [Isaías, 43,10]. 
Sí, Sacerdotes; no debemos dudar de El Uno. Pero tampoco olvidar que los Seraphim Hiperbóreos fundaron la Fraternidad Blanca a la que todos pertenecemos y en cuya Jerarquía hemos alcanzado el Más Alto Sacerdocio.
En síntesis, de acuerdo a los planes de los Seraphim Nephilim, mientras la Semilla de Piedra se desarrollase, el Alma del hombre de barro evolucionaría indudablemente acelerada en dirección de la Perfección Final. Pero la realidad contradijo estos planes: aquel Germen del Mal, al Fructificar, lejos de impulsar al Alma a elevarse hacia la Perfección Final, la hundiría en el Terror de Abismos sin Nombre, en la Eternidad de una Negrura Infinita.
Al fin, la Semilla de Piedra terminaría dominando al Alma del hombre de barro y convirtiendo a éste en un Enemigo del Creador y de la Creación, endureciendo su Corazón y tornándolo un ser carente de Amor, transformándolo en un Hombre de Piedra.
Es por eso que Nosotros, los Sacerdotes Perfectos, debemos propiciar el Holocausto de Fuego, que lave con lejía al Final la Señal Abominable en la–Piedra–que–está–plantada–en–el–Alma–del–Hombre–de–Barro. –concluyó Birsa.

Trigesimosegundo Día
Inmediatamente, Bera agregó lo siguiente:
–Durante milenios, en el Continente hundido de la Atlántida, que los Gentiles jamás deben saber que existió, los Sacerdotes de El Uno lucharon contra el efecto hostil que la Piedra Fría causaba en el Alma de los hombres de barro. Se procuraba, por diversos medios, que el Espíritu Increado, encadenado al Alma por la Piedra Fría, olvidase su Origen, más allá del Ein Sof. Y los resultados fueron alentadores pues, finalmente, la sangre de los hombres de barro se había degradado de tal modo, que el Espíritu Increado era incapaz de orientarse hacia la Piedra Fría que le revelaría su Origen Divino. Hubo entonces una Edad de Oro Cultural, en la que otro Pueblo Elegido, semejante a Israel,
instauró la Sinarquía Universal y se preparaba para el Reino de la Shekhinah.
Fue en ese momento que algunos Hombres de Piedra, que escaparon al exterminio a que los sometían los Sacerdotes y los Seraphines Nephilim, consiguieron atraer en su ayuda a otros Serafines, llamados “Hiperbóreos”, quienes ingresaron al Universo Creado a través de la esfera de Venus. El más terrible de esos Serafines fue el conocido como Lúcifer, Phósphoro, o Héspero, ya que, enfrentando a todas las Legiones Celestes de YHVH Sebaoth, se precipitó a la Tierra para legar su propia Corona al Espíritu, encadenado en los hombres de barro. Dejó aquí, pues, la Maldita Gema del Gral, que tiene el Poder de impedir que el Espíritu olvide su Origen. Hecho esto, regresó por donde había venido, pero dejando tras de sí los gérmenes fertilizados de las Estirpes luciféricas contra las que aún combatimos, en todo semejantes a la Casa de Tharsis que acabamos de exterminar.

Y serían esas Estirpes condenadas por YHVH, especialmente las surgidas de la Raza Blanca, las que ya no olvidarían el Origen, las que se propondrían germinar la Semilla de Piedra en todos los hombres de barro, las que desatarían la rebelión contra la Ley de YHVH y el odio a la Creación. Y así fue como se llegó inevitablemente a la Batalla de la Atlántida, que finalizó con una catástrofe planetaria. Sin embargo, el mayor Mal todavía no había ocurrido: éste sobrevino por causa de Lúcifer y de esa Mujer, La Intrusa Ama, que fue capaz de ingresar en la esfera de Venus y obtener el Secreto de las Semillas de Piedra. Sí Sacerdotes: el Serafín Lúcifer entregó a La Intrusa la Espiga de las Semillas de Piedra, que hasta entonces sólo poseían los Seraphim Nephilim. Y a su regreso el Mayor Mal se abatió sobre los hombres de barro, pues La Intrusa eligió a los más valientes y comenzó a plantar en sus corazones la Semilla de Piedra que apaga el Fuego Caliente de la Pasión Animal, el Amor de la Gran Madre Binah: cada Semilla de Piedra sería un Guerrero Sabio, un Hombre de Piedra situado fuera de la Ley de YHVH, en lugar del hombre idéntico a Metatrón que estaba destinado a ser al Final del Tiempo. Con su acto incalificable, La Intrusa, La Virgen de Agartha, ofendió profundamente a la Gran Madre Binah, a quien arrebató el Amor de numerosos Hijos: por eso es que se debe purificar esta tierra de Huelva, que por tantos siglos ha estado dedicada a su Culto Impío.
Sólo así descenderá la Shekhinah en Rus Baal.
Ella, Sacerdotes, es Nuestro Más Poderoso Enemigo, su Mal está por encima de todos los males; su Hostilidad hacia la Creación, supera a la de cualquier Hombre de Piedra; su Valor para enfrentar a El Uno sobrepasa al del Guerrero Sabio más valiente: frente a Ella, y a su Misterio Infinito, todos tiemblan de Terror; y tras el Terror y la Muerte, sólo sobreviven los Espíritus Increados, que son de su misma esencia Hiperbórea. Ella regresó de Venus, portando la Espiga de las Semillas de Piedra y trayendo en su vientre al Demonio de la Guerra, a Navután, su Hijo Increado. Todo fue una conjura del Serafín Lúcifer: El quiso que Ama tuviese un Hijo de Piedra, un Hijo que se pusiese al frente de la Raza Blanca y fundase para sus miembros un Misterio; y que los Iniciados en ese Misterio adquiriesen la Inmortalidad y recibiesen en su Corazón la Semilla de Piedra de la Virgen de Agartha.

–¡Mirad el Sepher Icheh! –ordenó Bera, a quien esta parte de la Historia producía una extraña mezcla de Odio y Terror–. Aquí se auto-crucificó Navután, –señalaba las ramas que iban desde el tronco hasta las Granadas Hoesed y Din–.
El As estuvo sujeto del Brazo Derecho y del Brazo Izquierdo del Santo Anciano, bajo su Gran Rostro y sin advertir que la Piedra de Fuego, Aben Esch, pendía sobre su cabeza. Nueve noches agonizó en la Cruz de Rimmón hasta que Frya, un Demonio Femenino tan terrible como Ama, salió de su ojo y averiguó el Secreto de la Muerte. Mas, para poder revelarlo a Navután, que acababa de morir, tuvo que comer un grano de la granada Hokhmah y transformarse en perdiz: entonces bailó para Navután la danza coja que permite salir del Laberinto de Ilusión de la Muerte; empero, aquel alimento la encadenó a la Ilusión, como a Perséfone, y no pudo regresar ya al Origen de donde había acudido para salvar a su Esposo. Es así que Frya, un nuevo Enemigo de la Creación, se quedó junto a Vides, el Señor de Agartha, la guarida de los Demonios Increados, y junto a Navután su Esposo, para llevar adelante la Guerra Esencial contra El Uno.
Navután, por su parte, resucitó y reveló a los miembros de su Raza el Secreto de la Muerte mediante el Misterio del Laberinto, en cuyo curso los Iniciados reciben en su corazón la Semilla de Piedra de la Virgen de Agartha y pueden convertirse en Hombres de Piedra. Discípulos de Navután fueron los Atlantes blancos, que sembraron el Mundo de Piedras impías, los que abrieron las puertas de las Mansiones Celestes para tomarlas por asalto.

Por eso, ¡no olvidéis, Sacerdotes, las condiciones del Pacto Cultural! Los Hombres de Piedra son nuestros más terribles Enemigos porque se han propuesto impedir la concreción de los Planes que YHVH ha dispuesto para la Humanidad: pero también lo son las Piedras de los Hombres de Piedra. No olvidéis que se deben destruir sus Piedras malditas pues en ellas podrían haber Semillas de Piedra, gérmenes de seres inconcebibles que podrían fructificar y nacer en determinados momentos de la Historia. No olvidéis que la Piedra Fría está siempre fuera del Tiempo, más allá del Principio de los Seres Creados, invisible para Nuestras Almas pero pronta a manifestar su hostilidad esencial cuando la oportunidad, es decir, el kairos, lo permita: ignoramos, pues, si de este o de aquel Meñir ha de surgir un Hombre de Piedra, pero en todo caso debemos destruirlo. No olvidéis que libramos la Guerra Esencial contra el Enemigo de la Creación, que la nuestra es la guerra entre la Lejía y la Piedra Fría, entre el Fuego Caliente y el Fuego Frío, entre lo Creado y lo Increado, entre el Ser y la
Nada.

(........................)
En la Biblia, el libro sagrado del “Pueblo Elegido”, en el mito de Abel y Caín, se encuentran perfectamente reveladas las reglas de juego. En la “preferencia” de Jehová Satanás por los pastores hebreos, representados por Abel, y en el desprecio y castigo de los linajes hiperbóreos, simbolizados por Caín, aparece planteado el conflicto metafísico de los orígenes, pero actualizado ahora como confrontación cultural y biológica. La Raza Sagrada hebrea ha venido a traer la Presencia de Jehová Satanás; (Presencia consciente, diferente del soplo panteísta con que el Demiurgo anima la materia) al plano de la vida humana, de la encarnación, del dolor y del sufrimiento. Por eso la antigua enemistad trascendente entre Espíritus cautivos y Demonios se transforma en enemistad inmanente entre los linajes hiperbóreos y el Universo material, dado que la Raza Sagrada es Malkhouth, el décimo Sephiroth, es decir, un Aspecto del Demiurgo. Esto último debe entenderse así: Israel es el Demiurgo. Vale la pena aclararlo. Según las enseñanzas secretas de la Cábala y tal como puede leerse en el Libro del Esplendor, Sepher Yetsirah, o en el Libro del Holocausto de Fuego, Sepher Icheh, es decir, acudiendo a las fuentes más confiables de la Sabiduría Hebrea, para la “creación” de la “Raza Sagrada” Jehová Satanás manifiesta uno de sus diez Aspectos o Sephiroth. El décimo sephiroth, Malkhouth (el Reino), es el propio pueblo de Israel, de acuerdo a los textos oficiales hebreos, el cual guarda un nexo metafísico con el primer Sephiroth, Kether (Corona), que es la Cabeza o Conciencia suprema del Demiurgo. En otras palabras: hay identidad metafísica entre Israel y Jehová Satanás o, si se quiere, “Israel es Jehová Satanás”.

Como decía antes, la enemistad entre la Raza Sagrada y los linajes hiperbóreos, enemistad que se ha visto declarada en el mito de Abel y Caín, significa un enfrentamiento entre éstos y el Universo material, dado el carácter de Malkhouth, desdoblamiento del Demiurgo, que ostenta Israel. Con Malkhouth, el Demiurgo ha querido imponer la realeza del linaje sagrado hebreo a los restantes pueblos de la Tierra. Si estos pueblos gentiles han olvidado el pasado, y se han sometido al Plan que lleva adelante la Fraternidad Blanca, entonces aceptarán de buen grado la superioridad hebrea y el mundo marchará alegremente hacia la Sinarquía. Pero, ¡hay de aquellos Goym que no renuncien a su herencia hiperbórea y persistan en recordar el conflicto de los orígenes! No habrá lugar para ellos en la Tierra porque con la Presencia de Malkhouth, el linaje sagrado de Israel, el Demiurgo asegura su persecución e inmediato aniquilamiento.

"...Después del hundimiento de la Atlántida, y en virtud de las pautas del Pacto Cultural, los linajes hiperbóreos han coincidido siempre en que la sociedad humana debía organizarse en torno de tres funciones principales: Regia, Sacerdotal y Guerrera. La armonía y la independencia de las tres funciones garantizaría un cierto equilibrio apropiado para los tiempos de paz y de prosperidad, o sea cuando la sociedad progresa materialmente hacia el futuro. En distintas Epocas de su historia muchísimos pueblos de linaje hiperbóreo experimentaron breves períodos en que el equilibrio de las tres funciones permitió disfrutar de esa tranquilidad social, mediocre y cortesana, que ocultaba en realidad una ausencia total de contacto carismático entre la masa del pueblo y sus Líderes, situación típica que se caracteriza por la indiferencia general.
Cuando una sociedad se estabiliza de esta manera la Fraternidad Blanca de Chang Shambalá afirma que “evoluciona” y que “progresa”. Es pues del interés de los Demonios llevar a la Humanidad a un estado de equilibrio permanente de las tres funciones; ¿con qué objeto?: para preparar el advenimiento de la Sinarquía, es decir, la Concentración del Poder en manos de una Sociedad Secreta o cofradía oculta. ¿Qué fin tiene concentrar el poder en manos de seres que actúan en las sombras? La respuesta se halla relacionada con la manifestación por parte del Demiurgo de “Malkhouth”, la Raza Sagrada: el poder sobre las naciones pertenece (en esta etapa del Kaly Yuga) a Israel como herencia de Jehová Satanás y prueba de su linaje teológico. Mientras llega el tiempo de Israel la Sinarquía será el regente del poder concentrado por la Fraternidad Blanca.

“En el año 30 de la Era cristiana el Verbo se hizo carne y habitó entre los hombres”. Aquel por cuya Palabra fue creado el Mundo, se vistió con el ropaje de su Arquetipo Hebreo, Malkhouth, y se manifestó a los hombres en la persona de Jesús de Nazareth. Fenómeno de los fenómenos, Maravilla de las maravillas, ¡qué espectáculo prodigioso habrá sido ver al Demiurgo hecho hombre! Hay que reconocer que esta vez hubo una innegable calidad en su infernal idea de imitar al Kristos de la Atlántida y aprovecharse del Recuerdo de Sangre de los hombres.
El resultado está a la vista. Poco a poco los pueblos salieron de la “barbarie” y la “Civilización” se extendió hasta los últimos rincones de la Tierra. 
Y los hombres
lenta pero inexorablemente se han ido adaptando al patrón psicológico judío ¿cómo se logró este éxito? ¿por qué alquimia colectiva la efímera vida de Jesús Cristo consiguió influir sobre los pueblos durante milenios hasta desembocar en su completa judaización? ¿fue sólo el Recuerdo de Sangre del Kristos de la Atlántida lo que determinó tal resultado o hubo otros factores ocultos que contribuyeron a la confusión de la Humanidad y a su judaización actual? Sin entrar en demasiados detalles, dado que el tema da para largo, puedo decir que el Arquetipo Hebreo de Jesús Cristo, que se hallaba al igual que todos los Arquetipos en el Plano Arquetípico, fue precipitado al plano físico o actualizado durante la encarnación del Demiurgo en el cuerpo de Jesús de Nazareth. Tal actualización del Arquetipo Malkhouth significa que se ha establecido una fuerza permanente en la Tierra, la cual actúa de manera equivalente a la gravitatoria “empujando” al hombre hacia la forma judaica. Ello es debido a una razón que es también un terrible secreto: ¡Jesús Cristo no ha desencarnado! Por el contrario se ha situado desde entonces “en el centro de la Tierra”, junto al Rey del Mundo, irradiando desde allí su “potencia arquetípica” (hoy diríamos “información genética”) en infinitos ejes geotopocéntricos que parten del centro terrestre y atraviesan la columna vertebral de los hombres. Esta es la fuerza arquetípica permanente de Jesús Cristo. Pero no es la única:
también actúa sobre el hombre una influencia judaica emocional, irradiada desde el propio “Pueblo Elegido” de Israel ya que la Raza Sagrada forma parte de la anatomía oculta de la Tierra cumpliendo la función de chakra corazón o anhata chakra.
(Página 287)

(Página 506) "...Pero regresemos a la Tierra. Cuando los Guías Traidores llegan a la Tierra, se instalan en un “centro” al que denominan Shambalá, o Dejung, y fundan lo que se ha dado en llamar Gran Fraternidad Blanca o Jerarquía Oculta de la Tierra. No es un lugar localizable físicamente sobre la superficie terrestre, cuestión sobre la que Ud. deberá aprender más adelante, sino que se halla situado en un pliegue topológico del espacio. Pero lo que interesa aquí es destacar que el jefe de los Guías Traidores, se autotitula Rey del Mundo, pasando a ocupar el lugar de uno de los doce Kumaras del sistema solar. ¿Qué es un Kumara? un Angel planetario, una de esas “entidades conscientes”
encadenadas por El Uno que conforman la “idea de un planeta”. Es aquí adonde debe ubicarse la clave del nombre Jehová y de su “Raza Elegida”. Porque el Espíritu planetario se llamaba Kumara Sanat, quien luego de la constitución de Shambalá y de la venida del Rey del Mundo, decide actuar como regente de El Uno en la ejecución de Su Plan, ahora modificado. Para ello se encarna, en nombre de El Uno, en una “Raza Elegida” para reinar sobre los Espíritus hiperbóreos esclavizados. 
Esa es la Raza hebrea. Es decir que tenemos por un lado a la Jerarquía Oculta de Chang Shambalá, con sus Demonios: los Guías Traidores y su jefe: el Rey del Mundo, quienes llevan adelante ahora la “evolución” del planeta y son quienes “guían” a las Razas por medio de una siniestra organización llamada Sinarquía. 
Y por otra parte tenemos la Raza hebrea que no es sino la modificación de Sanat Kumara en la Tierra para ocupar el máximo escalón de la Sinarquía, en nombre de El Uno. Los mismos hebreos en su Kabala estudian que “Israel es uno de los 10 sephiroth”, el sephirah Malkut,
es decir una de las emanaciones de El Uno.
Finalmente Jehová es el nombre cabalístico del Demiurgo, El Uno que Sanat Kumara representa en la Tierra y es, como dije al comienzo de esta agradable charla, el último nombre histórico que conocemos de El. Por eso nosotros, los Antiguos Seres Hiperbóreos que aún permanecemos encadenados en el Infierno, debemos tener bien presente que “el Enemigo es Jehová Satanás, el Demiurgo de este Mundo”, como bien dijera el joven Kurt. (Página 507)

(Página 633)
Recuerda, neffe, que la célebre “Divisón Internacional del Trabajo” es un concepto del liberalismo inglés del siglo XIX. Ahora puedes ver que se inspira en los Principios talmúdicos: “el Rey, si es Sabio, debe dividir a sus bases para reinar”; “el Rey es el único todo, al que no pueden alcanzar ninguna de las partes”; “las partes del Reino, valen mientras sirven”. Naturalmente, este Reino es Malkhut, el décimo Sephiroth. (Página 633)

jueves, 5 de abril de 2018

Reunión Golen: Hablan BERA & BIRSA

---------------------------------- (Siglo XII y XIII: Regresan los inmortales Bera & Bira) ---------------------------------
Día 24 - Los golen rodean la Caverna Secreta (Refugio de la Espada Sabia) (“la Orden se lanzó a una campaña de ocupaciones en todo el país de Huelva, ora asentando guarniciones en fortalezas y ciudades rescatadas, ora construyendo nuevas iglesias y fortificando plazas. La distribución de tales ocupaciones no ocurría al azar ni mucho menos sino que obedecía a una rigurosa planificación, cuyos objetivos no perdían nunca de vista la necesidad de rodear a la Casa de Tharsis y conspirar contra el Pacto de Sangre…”)
Día 25 - Implacable ataque de Bera & Birsa a la casa de Tharsis.
---------------------------------- (Reunión golen con Bera & Birsa en la Cueva de Odiel) ---------------------------------
Día 26 - Reunión golen con Bera & Birsa
Día 27 - Sepher Icheh: el libro del Holocausto de Fuego (Escrituras sagradas hebreas - Cábala judía - el Libro de Raziel - la Shekhinah)
--------------------------------------- (Continúa la Reunión golen con Bera & Birsa) ---------------------------------------
Día 30 - El culto a la virgen de la gruta, es reemplazado por el culto a la virgen de los milagros y árbol rimmón sephirótico. (Bera & Birsa (reunidos con sacerdotes golen) ordenan el reemplazo de cultos (para limpiar la mancha dejada por la virgen de Agartha), para ello ordenan, a un monje escultor, esculpir a la Virgen de los Milagros).
Día 31 - El Misterio de la Piedra de Fuego.
Día 32 - (sigue la reunión Bera & Birsa)
--------------------------------- (Felipe IV, Emperador universal, Rey de la Sangre Pura) ---------------------------------


DÍA 26°
REUNIÓN GOLEN CON BERA & BIRSA
---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
La guerra entre la Piedra y la Lejía – El Holocausto de fuego – La vaca roja – El Dragón de Sodoma
---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
MAPA DE LA CUEVA DE ODIEL ("GRUTA DE LAS MARAVILLAS")

Dr. Siegnagel, habrá de convenir conmigo en que los Imortales casi habían ejecutado con éxito la sentencia de exterminio contra la Casa de Tharsis. Por lo menos así lo creían Bera y Birsa, quienes se jactaban de ello frente a los Golen y Rabinos.
Aún se hallaban en la Cueva de Odiel. El lago rebosante de betún, todavía burbujeaba despidiendo nauseabundos olores. En primer lugar, se destacaba la fiera figura de Bera, el Inmortal a quien los Golen denominaban Bafoel y los Templarios Bafomet, e idealizaban como expresión del perfecto andrógino. Sin soltar el Dorché, dijo en excelente latín:
    

Al fin se ha extinguido el linaje maldito de Tharsis. Ello alegrará al Supremo Sacerdote.
Habéis contemplado un gran prodigio, habéis visto en acción el Poder de YHVH Sebaoth –afirmó Birsa en el mismo idioma.
– ¿Es esa, por ventura, la Muerte del Cuerpo? –se atrevió a interrogar el Abad de Claraval.
El asfalto, el betún, la Muerte, y la Peste, son la misma cosa, somos Nos – respondió Bera con seguridad.
¿Reconocéis esta substancia? – interrogó a su vez Birsa, dirigiéndose al Rabino Nasi.
– Sí, afirmó éste. Es “betún de Judea”, el mismo que contamina el lago Asfaltitis, al que nosotros denominamos Mar Muerto.
  
Los Golen y los Rabinos sabían que Bera y Birsa habían sido los últimos Reyes de Sodoma y Gomorra. Y sabían también cómo habían alcanzado tan alta jerarquía en la Fraternidad Blanca: durante su reinado, en un momento de maravillosa iluminación, Ellos descubrieron el Secreto del Supremo Holocausto de Fuego. Después cayó el Fuego del Cielo que calcinó a aquellos pueblos y Bera y Birsa partieron hacia Chang Shambalá, una de las Mansiones de Jehová Satanás y sus Ministros, los Seraphim Nephilim. 
Así, pues, mucho antes que Israel existiese, cuando su simiente aún estaba en Abram y nadie sacrificaba al Dios Uno, Ellos fueron capaces de ofrecer a sus respectivos pueblos en holocausto para la Gloria de Jehová Satanás. El betún de Judea, evidente residuo de la aniquilación de sus pueblos, advino por Ellos a la región del Mar Muerto

Pero tal Sacrificio les valió el ser recibidos por Melquisedec, el Supremo Sacerdote de la Fraternidad Blanca, quien los consagró en el Más Alto Grado de su Orden. ¿Qué Sacerdote del Pacto Cultural no querría imitar a Bera y Birsa? 

–Oh; pensaban los cuatro presentes, ¿qué no daría un Sacerdote por disponer algún día de un pueblo entero para sacrificar, como habían hecho sin dudar Bera y Birsa? ¡Ese sería un Holocausto digno de Jehová Satanás!
¿Cuál es la Maldición de Jehová Satanás para quien no cumple la Ley? –preguntó ahora Bera al Rabino Benjamín.
“Soltaré contra vosotros bestias salvajes. Os castigaré siete veces por vuestros pecados. Traeré sobre vosotros la espada; os refugiaréis en vuestras ciudades, pero Yo enviaré la Peste en medio de vosotros. Y os retiraré el sustento del pan”, –sintetizó Benjamín, repitiendo a Isaías.
¡Así está Escrito! – confirmó con ferocidad Birsa –. ¡Ese sería el castigo para nuestra debilidad pero también puede ser nuestra Fuerza! Debéis reflexionar sobre ello como hicimos Bera y Yo hace milenios, cuando aún la Ley no estaba Escrita en la forma que la habéis expresado. Entonces fuimos capaces de comprender el Secreto del Supremo Holocausto y de llevarlo a cabo en Sodoma y Gomorra: por eso, y por la Voluntad de Jehová Dios, ahora Nosotros somos la Peste. Debéis reflexionar sobre la Maldición con serenidad, os aconsejamos.
Porque solamente quienes tengan la calma para contemplar el Principio y el Fin del Tiempo podrán comprender el Secreto del Supremo Holocausto de Fuego, el Final de la Humanidad. Mas el premio de ese conocimiento significa la inmortalidad del Alma, el Alto Sacerdocio, y los Poderes que nos habéis visto aplicar. Reflexionad sobre ello, Sacerdotes: Nosotros seis somos la Manifestación de Jehová y no debemos faltar a la Ley. ¡Pero podemos inducir a los Gentiles a que lo hagan para que la Maldición los alcance, para que la Peste se instale entre ellos: entonces será posible el Supremo Holocausto de Fuego!
¡¿En qué consiste?! – rugió el Abad de Claraval sin poderse contener.
 (Imágen de San Bernardo de Claraval)

Allí está la respuesta –dijo Bera, señalando con el Dorché el lago de betún–. Pero esto sólo lo comprenderá quien entienda que la nuestra es una guerra entre la Piedra y la Lejía

La Piedra, puesta al Principio del Tiempo, es el Enemigo; y la Humanidad, puesta al Final del Tiempo, es la Lejía, el Supremo Holocausto, la Purificación por el Fuego Caliente que exige el Sacerdocio de Melquisedec.
No obstante la insistencia de los Inmortales, ninguno de los cuatro comprendió que acababan de revelarles el Secreto del Supremo Holocausto. Lo de la guerra entre la Piedra y la Lejía se les antojaba harto misterioso. Sólo Nasi atinó a preguntar:
¿Os referís a la Muerte del Juicio Final, la Muerte Ardiente de los Condenados?
¡No! Está Escrito que la carne no morirá realmente, aunque el cuerpo se desintegre en la tumba, pues todos los hombres resucitarán para ser juzgados de acuerdo a sus pecados. Ello será posible porque el hombre existe en muchos mundos a la vez, mundos que han sido y mundos que no han sido: en algunos de tales mundos aún está vivo y en otros puede que haya perecido; pero de esos mundos será extraído el cuerpo que vivirá nuevamente, quizá por mil años, quizá por mucho más; unos serán condenados, sí, y morirán definitivamente; pero otros vivirán de nuevo sobre la Tierra. No es, entonces, a esa Muerte a la que nos referimos. En verdad hablamos de algo muy posterior y concluyente: de la extinción de la conciencia humana. El Final de la Humanidad llegará cuando el Fuego Caliente abrase todos los mundos donde existe el hombre, y el Alma del hombre, y sólo quede la Lejía por testigo. En ese momento nosotros, la Manifestación de Jehová Satanás, habremos alcanzado la Perfección del Alma, la Divina Finalidad proyectada desde el Principio. Pero no así los Gentiles, que ya no tendrán razón para existir en los mundos, pues el objeto de su creación fue favorecer nuestra perfección: será la Voluntad del Altísimo que sus cenizas cubran la Tierra para que el Agua Salada del Cielo las convierta en ríos de Lejía. ¡Oíd bien, Sacerdotes del Altísimo: cuanto antes se calcine a la Humanidad, antes se acercará la Perfección para vosotros! ¡Convertid al hombre en Lejía y consumaréis el Supremo Holocausto que espera el Creador al Final del Tiempo! –explicó Bera, haciendo gala de notable paciencia.
Y continuó hablando, pues los cuatro Sacerdotes habían enmudecido. – Es la Fe en la Perfección Final que alcanzarán los creyentes en Jehová Satanás mediante el Sacerdocio de Su Culto, la que obrará los milagros más grandes. Si sois capaces de ver el Final habréis adelantado el Final, la Perfección estará en vosotros y el momento del Supremo Holocausto habrá llegado: vuestra Fe inquebrantable en la Perfección Final, y la Comprensión del Final, traerá al Presente el Fuego Caliente del Final, que calcinará al hombre imperfecto; y sobre sus cenizas lloverá luego el Agua y la Sal del Creador; y el Signo Abominable que está en la Piedra de Fuego será lavado con Lejía. Así ocurrió en Sodoma, en Gomorra, y en otras diez ciudades del Valle de Sidim, cuando Birsa y Yo alcanzamos la Perfección Final y establecimos la diferencia con la imperfección de sus pueblos, logrando que exhibieran públicamente su propia degradación: entonces descendió la Shekhinah de Dios, y los Angeles de Dios, y cayó el Fuego del Cielo que redujo a cenizas a aquellos pueblos insensatos; y cayó después el Agua y la Sal de Dios; y surgió el Lago Asfaltitis, el Mar del Betún de Judea, el Mar Muerto; en verdad, el Mar de la Lejía

 Aquel fue, Sacerdotes, nuestro Holocausto a Jehová Dios. Pero aquel Mar de Lejía no alcanzó para lavar el Signo de la Piedra: esa misión le está reservada al Pueblo Elegido de Jehová Satanás, a la Raza Sagrada de El; cuando Ellos sean entronizados sobre todos los pueblos gentiles de la Tierra, cuando la Humanidad entera esté sujeta a su Gobierno Mundial, entonces habrá llegado el momento del Supremo Holocausto. ¡Para eso debéis trabajar sin descanso, con la Fe puesta en la Perfección Final, y el esfuerzo aplicado a conseguir la Sinarquía Universal del Pueblo Elegido! ¡Sólo el Supremo Holocausto de toda la Humanidad por los Sacerdotes del Pueblo Elegido producirá la lejía que lavará el Signo Abominable en la Piedra de Fuego!
¡Todos nuestros partidarios, los Grandes Sacerdotes, conocen este Secreto y han consagrado a sus pueblos con la Señal de la Ceniza! ¡Hasta los Sacerdotes Brahmanes han ungido a los arios con la Señal de la Ceniza, procurando cubrir el Signo Abominable y aguardando que la Gracia del Cielo les conceda el agua que forme la lejía y lave la Piedra de Fuego! ¡Por eso la ceniza ha sido siempre señal de dolor y aflicción, signo del arrepentimiento y de la penitencia: el hombre ungido con ceniza es quien pide misericordia Divina, quien se arrodilla ante el Creador y solicita Perdón por sus pecados, especialmente el más grande pecado, el de Ser Yo frente a el Uno que es todo, pecado que sólo se puede lavar con lejía! ¡Los miembros del Pueblo Elegido untan sus cabezas con ceniza en señal de penitencia, pero los Sacerdotes del Cordero agregan agua bendita a la ceniza para crear la lejía del perdón de Jehová. Mas nada salvará al hombre del Holocausto de Fuego y de la Ceniza y la Lejía del Juicio Final! ¡Jehová advirtió hace milenios contra los falsos Sacerdotes que emplean la ceniza del incienso para otorgar un falso perdón: sólo la ceniza humana constituye la lejía que lava la Señal Abominable. Y Jehová prometió convertir en ceniza a los falsos Sacerdotes que no respeten el necesario Holocausto de Fuego! ¡Repetid, Cohens de Israel, las palabras de Jehová!
El Rabino Benjamín repitió en el acto.
“Un Profeta llegó de Judá a Betel, por mandato de Jehová, cuando Yeroboan estaba de pie junto al altar para quemar incienso, y empezó a gritar contra el altar, por mandato de Jehová, diciendo: ¡Altar! ¡altar! Así habla Jehová: Nacerá en la Casa de David un hijo que se llamará Yosías. Este sacrificará sobre ti a los falsos Sacerdotes de los lugares altos, a los que queman incienso sobre ti. Sobre ti, altar, quemará huesos humanos, y los huesos de los falsos Sacerdotes. Y dio aquel mismo día una señal, diciendo: Esta es la señal de que es Jehová quien habla: el altar se romperá, y se derramará la ceniza que hay en él” [I Reyes, 13,1].
¡Así está escrito! ¡Sólo de ceniza humana se compone la lejía que reclama la Justicia de Jehová! ¡Y esa es la ceniza de la verdadera penitencia, la que emplea Job cuando confiesa sus culpas ante Jehová!
No necesitó más que un gesto, Benjamín para aclarar la cita:
“Respondió entonces Job a Jehová: Reconozco que todo lo puedes y que nada te resulta irrealizable, Soy Yo el que oscurece tus planes con razones vacías de sentido. Sí; he hablado de lo que no entendía, de maravillas que me superan y que ignoro. Escúchame, permíteme que hable; Yo te preguntaré, y tú me enseñarás. Tan solo de oídas te conocía Yo, pero ahora mis ojos te ven. Por eso me reconozco culpable, me arrepiento en el polvo y la ceniza [Job, 42].
¡La Vaca Roja es el Símbolo de la Humanidad consagrada a Jehová para el Sacrificio Ritual de la ceniza y la lejía, para la elaboración del agua lustral! ¡Jehová habló a Moisés y al Supremo Sacerdote Aarón y les impuso del deber de sacrificar la Vaca Roja de la Humanidad para purificar al Pueblo Elegido, deber que sería ley perpetua de Israel! ¡Recordadlo, Cohen!
“Habló Jehová a Moisés y Aarón diciéndoles: El que haya quemado la Vaca Roja lavará sus vestidos, bañará su cuerpo con agua y será impuro hasta la tarde. Un israelita puro recogerá las cenizas de la Vaca Roja y las depositará fuera del campamento en un lugar puro; y estarán a disposición de los hijos de Israel para preparar el agua lustral. Es un sacrificio por el pecado. El que recogió las cenizas de la Vaca Roja lavará sus vestidos y permanecerá impuro hasta la tarde. Será ésta una ley perpetua para los hijos de Israel y para el extranjero que mora entre ellos” [Números 19,9]. – Recordó sin error Benjamín.
¡Y con esa agua lustral, lejía sagrada surgida de la ceniza de la Vaca Roja de la Humanidad, Jehová instituyó el Ritual de la Purificación del Pueblo Elegido! ¡Reproducid el Ritual, Cohen!
“Habló Jehová a Moisés y Aarón diciéndoles: Para el israelita impuro se tomará ceniza de la víctima quemada en el sacrificio por el pecado, y se verterá sobre ella agua viva dentro de una vasija. Un israelita puro tomará un isopo, lo sumergirá en el agua lustral y rociará el Santuario de Jehová y todos los muebles y personas que allí hubiere” [Números 19,11]–Declamó Benjamín sin dudar.
¿Y cómo se purifica luego Tamar, a quien había violado su hermano Amnón?
“Tamar se echó ceniza sobre su cabeza [II Samuel 13,19] –se apresuró a replicar Benjamín.
¡Sólo la lejía lavará el Signo Abominable! ¡Para ese pecado no hay perdón ni redención posible fuera de la lejía: no bastan el arrepentimiento y la penitencia o la mortificación del traje de cilicio! ¡Sólo después de la asperción con agua lustral, sobre la ceniza, se pondrá el penitente el traje de cilicio! ¡Tal como hizo el Pueblo Elegido al ser atacado por el asirio Holofernes, cuya cabeza fue cortada por la Divina Judit!
Benjamín refirió la cita:
“Todos los israelitas invocaron con fervor a Jehová y se humillaron muy rendidamente ante él. Y todos los hombres de Israel y las mujeres y los niños, los que habitaban en Jerusalén, se postraron ante el santuario, cubrieron de ceniza sus cabezas, y se presentaron con cilicios ante el Señor. Incluso el Altar lo cubrieron de cenizas, y clamaron todos a una con fervor a Jehová [Judit, 4,9].
¡Ahora comprenderéis el significado de esta ley antigua! ¡Los Sabios de Sión, dijo Jeremías, han cubierto su cabeza de ceniza como signo de penitencia! ¡Y luego, el Profeta, con palabras de Jehová, habla a su Esposa, Israel Shekinah, y le advierte que no será fácil quitarse la mancha de la Infidelidad!
Muy presto, Benjamín recitó la metáfora de Jeremías:
“La palabra de Jehová me fue dirigida en estos términos. Ve y grita a los oídos de Jerusalén lo siguiente: Desde antiguo quebraste tu yugo, tus coyundas has roto, diciendo: No quiero servir, cuando sobre toda colina elevada y bajo todo árbol frondoso te echabas como prostituta. Yo te había plantado como cepa escogida, toda ella de semilla genuina. ¿Cómo, pues, para mí te has cambiado en sarmientos silvestres de viña bastarda? Aunque te laves con nitro, y te eches cantidad de lejía, tu culpa sigue sucia ante mí –Oráculo de Jehová Sebahoth”[Jeremías 2,20].
¡El Cordero también ordenó al Pueblo Elegido arrepentirse en la ceniza y el cilicio, pero los Gentiles tomaron la prevención al pie de la letra y han supuesto que es sumamente sencillo quitarse la Señal Abominable; mas, para su impureza, no habrá otra purificación que convertir a esos pueblos en lejía, como hicimos nosotros para lavar la mancha de Sodoma y de Gomorra! ¡Eso también lo predijo el Cordero! ¡Repetid, Sacerdote del Cordero!:
“¡Ay de ti, Corazaín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y en Sidón se hubieran realizado los mismos milagros que en vosotras, ya hace tiempo que, cubiertas de cilicio y en ceniza, se habrían convertido. Por eso, os digo: En el día del Juicio Final habrá menos rigor para la tierra de Sodoma que para ti [Mateo,11,21].
¡Pero una vez sacrificado el Cordero, sus mismos discípulos se arrepienten en el agua lustral!
Sí, –afirmó el Abad de Claraval–. Durante la Cuaresma, antes de la Resurrección, los penitentes reciben la ceniza, y el agua bendita, y se arrepienten de sus pecados, se confiesan, y esperan la salvación en el Juicio Final, pero ellos no entienden que el Signo Abominable no puede ser lavado de ese modo, a pesar que el Sacerdote les dice “acuérdate de que eres polvo, y en polvo te vas a convertir”.
Aquí calló Bera, pero Birsa agregó: –¡El momento del triunfo de lo Creado sobre lo Increado, del Ser sobre la Nada, de la Luz sobre las Tinieblas del Alma, está cerca! ¡Pronto la Sinarquía será una realidad y la Humanidad quedará de rodillas ante el Poder del Pueblo Elegido! Habrá llegado entonces el tiempo de ablandar al hombre para obligarlo a exhibir su imperfección y su bestialidad, aquella maldad primordial que atesora en el fondo de su Alma. Será el tiempo de reemplazar a la Serpiente del Paraíso por el Dragón de Sodoma. ¡Recordad Sacerdotes que la Tentación de la Serpiente hunde al hombre en el pecado pero deja intacta su función viril; y que el hombre viril siempre puede elevarse de la miseria moral mediante la guerra y el heroísmo, y caer en poder de los Enemigos de la Creación! El hombre viril, el Guerrero, el Héroe, retrasará la concreción del Holocausto Final: y no bastarán para impedirlo, la masificación e igualación de la Humanidad a que la someterá la Sinarquía del Pueblo Elegido, y los vicios y perversiones que en ella prosperarán por causa de la Tentación de la Serpiente, si el hombre conserva su virilidad y logra convertirse en Guerrero y en Héroe, si dispone de voluntad para rebelarse a los planes de la Fraternidad Blanca, que es la Jerarquía de Jehová Elohim.
¡La Tentación de la Serpiente del Paraíso nada puede contra esa luciférica determinación de Ser y Existir más allá de los Seres Creados por El Dios Uno: sólo el Dragón de Sodoma tiene el Poder de quitar al hombre su virilidad; y sólo Nosotros, la Peste, sabemos convocarlo! ¡Responded, Cohens: ¿cuál es el Emblema de Israel?!
Frente a la inesperada pregunta, Benjamín se apresuró a responder:
Escrito está, por los Profetas, que el Emblema de Israel es la Paloma. “En pos de Jehová marcharán los Hijos de Israel: El rugirá como un León, y ellos vendrán como una Paloma, dijo Oseas [Os. 7 y 11] pues Jehová había ordenado, por boca de Jeremías: “Israel, sed como la Paloma que anida en el borde del abismo” [Jer. 48].
Prosiguió Birsa, satisfecho con la respuesta de Benjamín:
¡No olvidéis jamás, Sacerdotes, que el Emblema de Israel es la Paloma, porque ese símbolo señalará el Final de los Tiempos! Dije antes que el momento del triunfo está cerca, que la Sinarquía del Pueblo Elegido pronto será instaurada: entonces el Emblema de Israel será impuesto a los hombres y habrá llegado la oportunidad de Nuestra intervención. Así se hará pues así lo ha decidido la Fraternidad Blanca y lo ha aprobado Melquisedec, el Supremo Sacerdote: en todo el mundo, miles y miles de Sacerdotes, y partidarios de la Causa de Israel, se embanderarán con su Emblema; sólo los hombres viriles se resistirán y buscarán escapar a la masificación social por medio de la rebelión y la guerra: tratarán de fundar un Nuevo Orden Moral basado en la Aristocracia de la Sangre, pero serán ahogados en su propia sangre; y Nosotros responderemos al clamor de los que llevan por señal el Emblema de Israel; y soltaremos entre los hombres al Dragón de Sodoma; y el hombre perderá su virilidad y se ablandará, se tornará como mujer; aún cuando pueda procrear, su voluntad de luchar será debilitada por un afeminamiento creciente que se extenderá a toda la Humanidad; perplejos, muchos confundirán la moral sodomita con un producto de la alta civilización, pero en verdad sucederá que el Corazón dominará a la Mente y enervará a la Voluntad; al Final, todos acabarán aceptando el modo de vida sinárquico; y el hombre sustituirá al Aguila por la Paloma, a la Guerra por la Paz, al Riesgo heroico por la Comodidad pasiva. ¡Pero esa Paz de la Paloma, que disfrutarán con la Sinarquía del Pueblo Elegido, será el camino más corto hacia el Holocausto Final en el que serán sacrificados a Jehová Satanás, hacia el Océano de Lejía en el que serán convertidos para lavar la Señal Abominable en la Piedra de Fuego! ¡Esta es la “Peste” que la Maldición del Altísimo compromete para los que queden fuera de la Ley!
De inmediato, como si sus mentes estuviesen extrañamente sincronizadas, retomó la palabra Bera:
¡Sí, Sacerdotes! ¡Que sobrevenga la Sinarquía del Pueblo Elegido, que la Humanidad se embandere con el Emblema de la Paloma, y Nosotros regresaremos a traer la Peste de la Muerte Final, el Fuego Caliente y el Agua y la Sal del Cielo! ¡Pero seremos precedidos por el Dragón de Sodoma, el Heraldo que anunciará nuestra llegada! Vosotros habéis visto los extremos del proceso en esta Cueva: la sangre, degradada con el agua, y el agua, transformada en sangre; y tras el lago de sangre, la Peste de la Muerte Final, el betún de Judea, la Lejía negra.
¡Decid, Sacerdotes de Israel!: ¿Cuál fue la primer plaga que Jehová envió a Egipto para imponer la Causa de Israel?
¡El agua se transformó en sangre! –afirmó Benjamín.
¿Y cuál fue la última plaga, con la que se aseguró el triunfo del Pueblo Elegido?
¡La Peste en medio de los Gentiles! ¡La Peste ofrendó la vida de los Gentiles a Jehová como holocausto por la próxima Gloria de Israel! ¡Sólo los que estaban manchados con la Sangre del Cordero no fueron tocados por la Peste!
¡Y ahora responded vosotros, Sacerdotes del Cordero!: ¿Cuál será la plaga que traerá el Tercer Jinete, al Final de los Tiempos?
¡El agua se transformará en Sangre! –respondió al instante el Abad de Claraval.
¿Y cuál, la plaga del Cuarto Jinete?
¡La Peste en medio de los Gentiles! ¡El Fuego Caliente los abrasará y la Peste ofrendará sus vidas como holocausto a Jehová por la próxima Gloria del Nuevo Israel y el advenimiento de la Nueva Jerusalén! ¡Sólo quienes tengan la sangre del Cordero y ostenten el símbolo de la Paloma no serán tocados por la Peste!
¿Y qué vendrá después de la Peste, cuál será la última plaga?
¡La destrucción completa y total de la Humanidad en un Mar de Azufre y Fuego! ¡Sólo el Nuevo Israel y la Jerusalén Celeste sobrevivirán al Supremo Holocausto Final! –sostuvo categóricamente el Abad de Claraval, indudablemente inspirado por el discurso de los Inmortales.
Bera aclaró el significado que se debía atribuir a aquellas respuestas extraídas del Apocalipsis de San Juan.
Reflexionad, Sacerdotes, sobre esas Profecías y lo que nos habéis visto hacer en esta Cueva: de allí surgirá el Secreto del Supremo Holocausto. El Agua, la Sangre, el Fuego Caliente, la Muerte, la Lejía, la Peste, Nosotros: he aquí el Misterio. De cómo la Maldición de Jehová Dios, que es nuestra debilidad, puede ser nuestra Fuerza. Así fue y así será. ¡Si nos habéis comprendido haréis Vuestras las palabras con que Jeremías condena a quienes se apartan de la Ley: ellas representan nuestra Fuerza sobre los Gentiles!
“Dijo Jehová; a quienes queden fuera de la Ley les tocará: el cautiverio, el hambre, la espada, la Peste[Jer. 15]. –El Rostro del Rabino Benjamín resplandecía al repetir las cuatro formas de la Maldición de Jehová, pues ahora encontraba llenas de nuevo sentido las palabras del Profeta.
Y sabréis entonces –prosiguió imperturbable Bera– cuál es en verdad nuestra debilidad, Misterio que los Gentiles jamás deben comprender.
Y agregó Benjamín las palabras siguientes de Jeremías:
“Advirtió Jehová al pueblo de Israel sobre cuatro clases de males, frente a los cuales serían débiles: Cuidaos de la Espada, porque Ella os puede Matar; Cuidaos de los Perros, porque Ellos os pueden despedazar; Cuidaos de las Aves del Cielo, porque Ellas os pueden devorar; Cuidaos de las Fieras, porque Ellas os aniquilarán” [Jer. 15].
¡Así está escrito! –Aprobó Bera.
Y contra esa debilidad poseemos cuatro remedios, que los Gentiles jamás deben conocer –completó Birsa:
Contra la Espada, la Paz del Oro
Contra los Perros, la Ilusión de la Rabia
Contra las Aves, la Ilusión de la Tierra
Contra las Fieras, la Ilusión del Cielo.
Aquello era más que misterioso, y los Sacerdotes quedaron momentáneamente sumidos en profundas reflexiones. El Gran Maestre del Temple, empero, que hasta entonces había permanecido callado, pensaba en otra cosa:
¡Oh, Tzadikim! –dijo–. Vuestras explicaciones constituyen la Luz más Brillante para nuestro entendimiento y mucho estamos agradecidos por el privilegio de oírlas. No quisiera abusar del favor que nos habéis dispensado, solicitando aclaraciones que quizá no debéis dar; pero no puedo dejar de manifestar que nuestro corazón se vería colmado de alegría si nos pudieseis hablar algo más acerca de la Piedra de Fuego.
Decís bien, Sacerdote; la Piedra de Fuego encierra un Misterio muy grande. Os hablaremos de él, pero seremos breves, pues ya es hora de regresar a Oriente. –Era evidente que Birsa se expresaba en una clave alegórica, puesto que los Inmortales no partirían hasta el día siguiente–. Pero antes de irnos os hablaremos también de vuestra próxima misión, ahora que la Simiente Maldita de Tharsis ha muerto, y será provechoso hacerlo en el marco de ese Misterio. ¿Habéis traído el libro que os solicitamos?
– Tal como lo pedisteis, el libro ha sido trasladado hasta aquí –afirmó el Abad de Claraval–. Se encuentra en la biblioteca del Castillo, bajo custodia permanente de tres Caballeros, quienes matarán a cualquiera que intente acercarse a él. También trajimos de Claraval un maestro escultor clarividente, que aguarda en su celda nuestra llamada.
¡Subamos, entonces, a la biblioteca! –ordenó Bera, mientras ocultaba el temible Dorché bajo su túnica.
Ascendieron por la puerta trampa que conducía a la Iglesia de Nuestra Señora del Mayor Dolor y momentos después se encontraron los seis en una sala cuyo mobiliario consistía de estantes y mesas cubiertos de libros y rollos; varios atriles exhibían, abiertos, algunos libros enormes, de hojas exquisitamente ilustradas por los monjes benedictinos y construidos con tapas incrustadas de oro y plata. De un arcón reforzado con herrajes remachados y voluminosa cerradura, el Abad de Claraval extrajo el Sepher Icheh y lo depositó en una mesa mayor, con doble plano inclinado pero bien iluminada por un candelabro central. A una seña de Birsa, los cuatro Sacerdotes se sentaron frente al libro, en tanto que los Inmortales permanecían de pie, uno en cada extremo del grupo.
¡Abridlo en la página 12, Lamed! –demandó Birsa.
El libro sólo contenía imágenes, es decir, carecía de texto alguno, salvo las palabras distribuidas en los dibujos. En la página solicitada quedó expuesta la representación de los diez Sephiroth del Creador Uno en forma de Arbor Philosóphica. Todos estaban pendientes de Bera, quien de inmediato tomó la palabra.



DÍA 27°
SEPHER ICHEH: EL LIBRO DEL HOLOCAUSTO DE FUEGO
---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Escrituras sagradas hebreas - Cábala judía - el Libro de Raziel - la Shekhinah
---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Como es sabido, Dr. Siegnagel, el “libro sagrado” por excelencia, para los judíos, es la Torah, que esencialmente se compone de los cinco libros del pentateuco tal cual los presentó el Escriba Esdras en el siglo V A.J.C. Pero ésta es la Torah escrita, Torah Shebikhtab, que debe considerarse como una Doctrina profana, exotérica, puesto que su verdadera “Sabiduría Divina”, Hokhmah, está cifrada en la Escritura y no puede ser interpretada sin conocer las claves criptográficas de la Cábala. Existe pues, también, una Torah oral, Torah Shebalpeh, que trata sobre estas claves y constituye la Doctrina esotérica que conocen los miembros de la “cadena cabalística”, shalsheleth haqabbalah.
El tema principal de la Torah es la revelación sinaítica, es decir, la Hokhmah que Jehová, YHVH, revela a Moisés en el monte Sinaí y que se sintetiza en el Decálogo de las Tablas de la Ley. Ahora bien, Moisés recibió las Tablas, Mocheh Qibbel Thorah Mi Sinaí, en el monte Sinaí, y de este hecho debe arrancar necesariamente la cadena cabalística ya que Cabbala procede del verbo qabbel que significa recibir. Empero, si la shalshleth haquabbalah comienza en Moisés, hay que recordar que éste recibió dos Tablas de la Ley: sólo la primera contenía la revelación de la “Sabiduría Divina”, Hokhmah, objeto de la Doctrina esotérica de la Cábala; las segundas eran una síntesis exotérica de aquéllas y fueron cifradas, como toda la Torah escrita. Según la Cábala, las primeras Tablas procedían del Arbol de la Vida, es decir, de la Inteligencia del Uno, Binah, en tanto que las segundas fueron sacadas del costado del Arbol del Bien y del Mal.
El Arbol de la Ciencia del Bien y del Mal, cuyo fruto había comido, fue la causa de la expulsión de Adán del Paraíso: “Dijo entonces Jehová Dios: he aquí que el Hombre se ha hecho como uno de nosotros, por haber conocido el Bien y el Mal. No sea que ahora alargue su mano y tome también del Arbol de la Vida, coma de él y se torne Inmortal. Y le arrojó Jehová Dios del Jardín de Edén para que labrara la tierra con la que fue creado. Echó, pues, fuera al Hombre, y apostó al Oriente del Jardín de Edén, querubines armados con Espadas de Fuego, para guardar el Camino del Arbol de la Vida” (Génesis, 3)
Por lo tanto, las segundas tablas están destinadas a aquellos que desean redimirse del pecado de Adán pero que aún permanecen sujetos a él; las primeras, en cambio, revelan la Hokhmah a quienes se han elevado por sobre la condición humana, al “estado adámico”, y que merecen ganar la inmortalidad que procede de Binah, la Inteligencia del Arbol de la Vida: éstos sólo pueden ser, por supuesto, los Más Altos Sacerdotes del Pueblo Elegido. Por eso Moisés veló al pueblo la Hokhmah y sólo la comunicó a Josué; Josué la trasmitió a los Ancianos de Israel y éstos a los Profetas. Salomón ocultó las primeras Tablas en el Templo y selló mágicamente el escondite, de tal modo que sólo pudieron ser halladas en el siglo XII D.J.C. por los Templarios, quienes la transportaron a Claraval. Otros profetas, no obstante, comunicaron verbalmente la Hokhmah a los Sacerdotes de la Gran Sinagoga, que continuaron la cadena cabalística. Luego del cautiverio de Babilonia ya no hubo Profetas en Israel y Esdras, el Escriba, presentó al pueblo judío la Doctrina exotérica de la Torah escrita, basada en las segundas Tablas de la Ley. Esa doctrina fue sostenida por los Sacerdotes de la Gran Sinagoga, que entonces se llamaron Escribas, Sofrim, hasta llegar a los Tanaítas, Tannaim, del siglo I a III D.J.C. Los grandes cabalistas de ese período, entre los que sobresale Simeón ben Yohaí, llamado “La Lámpara Santa”, consiguieron trascender la Torah escrita y obtener nuevamente la Hokhmah. Posteriormente, la Torah oral fue trasmitida por los Amoraítas, Amoraim, y Rabinos, Rabbí, hasta la Edad Media.
Aparte de la Torah escrita, tres libros pueden considerarse como los más importantes para los cabalistas judíos: el Sepher Ha Zohar, el Sepher Yetsirah, y el Sepher Icheh. El Sepher Ha Zohar, o Libro del Esplendor, fue escrito por Simeón ben Yohaí en el siglo II D.J.C., pero la única versión existente desde el siglo XIII es la traducción al arameo efectuada por el cabalista español Moisés de León. El Sepher Yetsirah, o Libro de la Formación, es más antiguo, y la cadena cabalística tradicional hace remontar su origen a Abraham. Pero, de lejos, el libro más secreto y misterioso, así como el más codiciado por los cabalistas es el Sepher Icheh, o Libro del Holocausto de Fuego, el cual se supone contemporáneo de Adán y procedente, como el primer hombre, del Jardín de Edén. En verdad, el libro original habría sido escrito en el Paraíso por el Angel Raziel para la instrucción de Adán, y su contenido sería la Hokhmah misma; no se debe confundir aquel libro místico, con el “Libro de Raziel”, escrito en el siglo XII por el cabalista Eleazar ben Judah, de Worms, y basado en noticias de segunda mano sobre las Tablas de Zafiro.
De acuerdo con la tradición rabínica, el verdadero Libro de Raziel, Tablas de Zafiro grabadas, habría sido robado del Paraíso por Rahab, Rey del Mar, y arrojado al Océano; luego, sería hallado por los egipcios y permanecería durante milenios en poder de los Faraones. Moisés lo llevaría consigo en el éxodo y lo legaría a Josué, de quien, siguiendo la cadena cabalística, llegaría al Rey Salomón. Este obtendría su famosa Sabiduría, Hokhmah, por la interpretación de las Tablas de Zafiro del Libro de Raziel, mas, advirtiendo su enorme poder, lo ocultaría en el Templo de modo que sólo los Templarios Golen lo hallarían entre sus ruinas veintiún siglos más tarde. Es claro, Dr. Siegnagel, a la luz de lo ya expuesto en esta carta, que las Tablas de Zafiro y las Tablas de la Ley son una y la misma cosa; vale decir, que las primeras Tablas, con la Hokhmah procedente del Arbol de la Vida, no son otra cosa que el Libro de Raziel cedido a Moisés en Egipto por los Sacerdotes del Pacto Cultural. La explicación es la siguiente: Si despojamos al mito hebreo de su disfraz cultural, resulta que Rahab no es otro que Poseidón, “Rey del Mar”, y legendario Gobernador de la Atlántida.
Arribamos así a la Atlántida, el “Jardín de Edén”, patria del “primer hombre”: de aquel “Paraíso perdido” provenían los Atlantes morenos, fundadores de la jerarquía sacerdotal egipicia. Después del cataclismo, Ellos habrían transportado a Egipto uno de los “Libros de Cristal” que existían en la Biblioteca de Atlantis, el cual contenía el registro de la Construcción del Universo por el Dios Uno, YHVH Elohim. Ese Libro de Cristal sería el Libro de Raziel, en el que estaban grabadas las treinta y dos operaciones ejecutadas por el Creador para construir el Universo: diez Sephiroth y veintidós Letras. Con otras palabras, las Tablas enseñaban, mediante signos, los veintidós sonidos y medidas del alfabeto sagrado “empleado por el Creador Uno, YHVH Elohim”, del cual deriva el alfabeto hebreo, y la Forma Cósmica adoptada por El para crear y sostener el Universo, es decir, los diez Sephiroth: es lo que se conoce como “el Secreto de la Serpiente”.
En la Epoca de Moisés, los Sacerdotes egipcios ignoraban el modo de interpretar las Tablas, pero recordaban que los Atlantes morenos las habían dejado allí para ser entregadas al “Pueblo Elegido por El Uno” como fundamento de una Alianza Divina. Moisés recibe secretamente, entonces, las Tablas de Piedra y parte con su pueblo hacia el monte Sión, donde Jehová celebra con su Estirpe la Alianza de Fuego, Berith Esch, y revela la Hokhmah de las Tablas de la Ley: la retribución exigida por Jehová al Pueblo Elegido consistiría, como se desprende de las declaraciones de Bera y Birsa, en el Supremo Holocausto de Fuego, Icheh, de donde toma nombre el libro que los Inmortales solicitaron a los cuatro Sacerdotes en el Castillo de Aracena.
Resumiendo, los Templarios hallaron las primeras Tablas de la Ley, el Libro de Raziel, que posibilitó a la Iglesia Golen obtener la Hokhmah para el Colegio de Constructores de Templos y lanzar la revolución arquitectónica del gótico o gáulico. Pero, si bien el desciframiento matemático cabalístico, es decir, gemátrico, del Libro de Raziel permitió conocer los secretos de la Construcción del Cosmos, ciertas imágenes que en él se veían permanecieron incomprensibles para los Golen cistercienses: fueron esas visiones, representadas simbólicamente por los Rabinos y Sacerdotes Golen, las que constituyeron el Libro Sepher Icheh. Las figuras, referidas en gran medida al Supremo Holocausto de Fuego, y tituladas en hebreo y latín, recién comenzaban a ser comprendidas por los Golen a partir de las explicaciones de Bera y Birsa.
Hoy en día, Dr. Siegnagel, se cree que sólo existe un ejemplar del Sepher Icheh, el cual se guarda en una Sinagoga secreta de Israel, a la que sólo tienen acceso los Sabios de Sión: Ellos no permiten que se realicen copias del mismo y sólo autorizan a los más elevados Rabinos e Iniciados de la Cábala un contacto visual, estando condenada con la muerte ritual cualquier representación o reproducción posterior de lo observado. Sin embargo, fuera de ese ejemplar israelí, existe otra copia del Sepher Icheh: es la que secuestró en la Gran Sinagoga de Granada el Inquisidor Ricardo “El Cruel”, Ricardo de Tarseval, es decir, el padre de Lito de Tharsis, y que éste trajo a América en 1534. Se trata de una réplica bastante fidedigna del libro Templario, fechada en Granada en 1333, es decir, luego de la disolución de la Orden, y seguramente copiado del libro original que los Golen y Rabinos se llevaron cuando huyeron de Francia. De esa edición granadina, que durante siglos ha estado en un baúl de nuestra casa tucumana, es el facsímil de la página 12 que le adjunto para mejor comprensión de las descripciones de Bera y Birsa.
¡Muy bien, Sacerdotes! – exclamó Bera, mientras examinaba atentamente la figura que había quedado expuesta en la página 12 del Sepher Icheh –. Vuestra Orden ha realizado una Gran Obra al representar en imágenes la Sabiduría del Libro de Raziel. Pero el peligro de que tal Hokhmah caiga en poder de los Gentiles es enorme: debéis pues evitar las copias innecesarias de este libro y someter el mismo al más riguroso control. ¿Qué sería de nuestros planes, que son los Planes de YHVH, si los Gentiles recordasen el Secreto del Granado, del Arbol Rimmón, prácticamente revelado por este dibujo? ¿Qué responderíamos si ellos supiesen nuevamente que un Granado era el Arbol de La Vida, el Arbol del Paraíso al que no se permitió llegar a Adán para evitar que conociese el Secreto de la Vida y de la Muerte? Ya los Gentiles saben que el Arbol de la Ciencia del Bien y del Mal era un Manzano y lo han relacionado con la Rosa, comprendiendo que se trata de una familia de plantas entre las que se cuenta también el Almendro; saben, así, que en todas ellas hay distintas partes de un Mensaje único, de una idea plasmada por el Creador Uno. Sin embargo jamás lograrán relacionar el Granado con ningún otro Arbol para formar familia pues Rimmón es Arquetipo de la Creación: en él se descubrirán elementos semejantes al de todas las restantes especies, pero él mismo no se podrá derivar de ninguna otra; como YHVH, los abarca a todos con su Forma, pero él no es abarcado por nadie. La misión que os encomendaremos tiene que ver con el Granado de la Vida, pero especialmente se refiere a uno de sus Frutos, al Sephirha Binah, en el que habréis de inspiraros para combatir a la atroz herejía de la Casa de Tharsis.
¡Sí, Sacerdotes! Aunque la Estirpe de Tharsis ha muerto, subsiste aún el efecto de sus actos luciféricos, de los cuales no es menor el Culto a la Virgen de la Gruta. ¡Contra esa impostura comenzaréis a luchar inmediatamente, desarrollando el ataque de acuerdo a las instrucciones que os daremos ahora! En este momento la Historia, que El Muy Santo ha diseñado para el Pueblo Elegido, nos sonríe: pronto será instaurada en Europa la Sinarquía Universal; luego surgirá el Gobierno Mundial del Pueblo Elegido, durante el que se manifestará sobre la humanidad Gentil el irresistible Poder del Messiah, por quien se ofrendará el Holocausto de Fuego. Pero mucho antes que ese maravilloso acto se concrete, os diría que en los presentes días, de ser posible, la Orden de Melquisedec levantará en el Sefard de España un varón de la Casa de Israel dotado del Verbo de Metatrón; él poseerá la Hokhmah necesaria para cerrar las Puertas que han abierto los Demonios Hiperbóreos y para abrir las Puertas de los Palacios Celestiales, Hekhaloth, del Edén; el nombre cabalístico de este Supremo Sacerdote es Quiblón. Quiblón estará dotado de gran Poder: se alzará de la nada y arrastrará a España entera tras el Oro que él les ofrecerá en abundancia. Ciega, como Perseo, España elevará su Espada y cortará Tres Cabezas de Medusa en una guarida, allende el Mar Tenebroso, en un nuevo Tártaro, cuyo camino él les enseñará.
¡Prestad atención, Sacerdotes, porque os estamos profetizando! ¡Es la Palabra de YHVH la que brota de nuestros labios! Os lo repetimos: Quiblón será un enviado del Cielo, un embajador de YHVH. Y debéis saber que esta región de Huelva ha sido señalada por Melquisedec como asiento de la Embajada de Quiblón, como puerto y escollera de sus mágicos viajes. Sí; la tierra donde se cometió el más grande sacrificio posterior a la Atlántida, la tierra donde los Atlantes blancos dieron comienzo a su luciférico plan destinado a predisponer al Espíritu Increado para librar una Batalla Final contra la Bondad de El Creador Uno, esta tierra, Sacerdotes, será redimida de su pecado, bendecida y santificada, por el Triple Holocausto de Quiblón.
Por eso os hicimos saber, a su tiempo, que debíais ocupar La Peña de Saturno: ¿lo habéis hecho?
¡En efecto, Oh Divinos Aralim! – confirmó el Gran Maestre del Temple, que aún aguardaba la explicación sobre el Misterio de la Piedra de Fuego–.
Apenas recibimos Vuestro mensaje, solicitamos la autorización papal y nos apoderamos del Convento de la Rábida, con el fin de establecernos en el sitio mismo de la Peña de Saturno.
¡Pues bien, debéis saber, asimismo, que Rus Baal, o Peña de Saturno, es lugar consagrado a Binah, el Aspecto con el cual YHVH se manifiesta como Gran Madre: cuando llegue Quiblón hasta ese lugar sagrado, YHVH reflejará en él la Shekhinah y lo dotará del Verbo de Metatrón. ¿Cuántas veces descendió la Shekhinah a la Tierra?
¡Diez veces frente a Israel! –Se apresuró a responder el Rabino Nasi:
 : en el Jardín de Edén: “Y oyeron el rumor de los pasos de YHVH Elohim, que se paseaba por el Jardín de la brisa del día, y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia de YHVH Elohim por entre la arboleda del Jardín” [Génesis, 3,8].
 : para observar la Torre de Babel: “Bajó YHVH a ver la Ciudad y la Torre que estaban construyendo los hijos de los hombres” [Génesis, 11,5].
 : en Sodoma: “Dijo YHVH: voy a bajar, y veré si han obrado en todo según el clamor que me ha llegado; y si no, lo sabré” [Génesis, 18,21].
 : en la Zarza Ardiente: “Se le apareció YHVH en una Flama de Fuego, en medio de una zarza; y vio Moisés que la zarza ardía en el fuego, pero no se consumía” [Exodo, 3,2].
 : en Egipto: “Yo he bajado, en Egipto, para liberar a mi pueblo de las manos de los egipcios y hacerle subir de ese país a una tierra buena y espaciosa, a una tierra que mana leche y miel, al lugar donde viven los Cananeos, los Hititas, los Amorreos, los Perizeos, los Jiviveos, y los Jebuzeos” [Exodo, 3,8].
 6°: sobre el Monte Sinaí: YHVH bajó sobre el Monte Sinaí, sobre la cumbre de la Montaña. Y YHVH llamó a Moisés a la cima del Monte” [Exodo, 19,20].
 : sobre los Ancianos: YHVH descendió en la nube y le habló; y tomó del Espíritu que había en El y lo puso sobre los setenta Ancianos. Tan pronto como el Espíritu se posó en ellos comenzaron a profetizar; pero luego no consiguieron hacerlo más” [Números, 11,25].
 : sobre el Mar Rojo: “El inclinó los Cielos y descendió, densas nubes había debajo de sus pies” [II Samuel, 22,10].
 : en el Santuario del Templo: YHVH me dijo: Esta puerta permanecerá cerrada. No se abrirá, para que nadie entre por ella, porque YHVH, Dios de Israel, ha entrado por ella; por eso permanecerá cerrada” [Ezequiel, 44,2].
10°: El vendrá en la Epoca de Gog y Magog: “Saldrá entonces YHVH y peleará contra aquellas Naciones, como en otro tiempo peleó en los días de la Batalla (de la Atlántida). Sus pies se posarán en el Monte de los Olivos, que está frente a Jerusalén, al Oriente; y el Monte de los Olivos se hendirá por la mitad hacia Oriente y hacia Occidente, formando un valle inmenso: la mitad del Monte se apartará hacia el Norte y la otra mitad hacia el Sur. Y YHVH será Rey sobre toda la Tierra. En aquel Día YHVH será único, y único será su Nombre. Todo el país se cambiará en llanura, desde Gueba hasta Rimmón, es decir, Granada, en el Négueb. Pero Jerusalén prevalecerá” [Zacarías, 14,3].
¡Y una vez entre el Pueblo Elegido! –agregó el Abad de Claraval:
11°: sobre el Messiah: “Apenas bautizado Jesús, salió enseguida del agua; y en esto se abrieron los Cielos y vio al Espíritu de YHVH descender, como una Paloma, y venir sobre él, mientras de los Cielos salió una Voz que decía «Este es mi Hijo amado, en quien me he complacido» [Mateo, 3.16].
¡Tomad nota, entonces, de otras dos veces más en que la Shekhinah descenderá a la Tierra! –aconsejó Bera –. La 11°, que ha mencionado el Abad, está signada por la letra Aleph (1), que rige la esencia del Aire: fue un descenso pneumático, simbolizado por el ave del Estandarte de Israel. Ello significa que el Cristianismo constituye un Holocausto de Aire para YHVH Shaddai:
La 12°, que ahora os anunciamos, ocurrirá en la Peña de Saturno, en Rus Baal, frente a Quiblón, cuando Quiblón busque allí la Inteligencia de la Gran Madre Binah: será ése un descenso signado por la letra Mem (13), que expresa la esencia del Agua. Ello significa que el Descubrimiento de Quiblón constituirá un Holocausto de Agua para YHVH Shaddai.
Y la 13°, sucederá durante el Gobierno Mundial del Pueblo Elegido, entonces la Shekhinah descenderá sobre el Messiah, frente a Israel; y el Messiah será Uno con Israel; e Israel será Uno con la Shekhinah; e Israel será Uno con YHVH; e Israel será YHVH: ¡Bendito sea el Misterio de Israel!; e Israel Shekhinah acabará para siempre con todos los Gentiles, y con dos tercios de su propia sangre, propiciando el Juicio de Din de Elohim Gibor, el riguroso Juicio de Geburah; e Israel Shekhinah cumplirá la Sentencia de YHVH Sebaoth, que ya ha sido pronunciada en los Cielos: será ése un descenso caracterizado por la letra Sin (21), que define la esencia del Fuego. Ello significa que la Sentencia del Juicio de Din, del Juicio Final, constituirá un Holocausto de Fuego para YHVH Shaddai.
Los cuatro Sacerdotes atendían con desmesurado interés las palabras de los Inmortales, pero el más impresionado era el Gran Maestre del Temple, responsable directo de la ocupación de Rus Baal desde el Convento de Nuestra Señora de la Rábida.
En el siglo II D.J.C., siempre furtivamente, llegan Bera y Birsa a Huelva; pero esa vez no atacan a la Casa de Tharsis sino que se dirigen a Rus Baal, “a supervisar el Culto de Proserpina por encargo de Melquisedec”, un Supremo Sacerdote de la Fraternidad Blanca. Luego de la partida de los Inmortales, el Templo de la comarca de Palos comienza a ganar fama por los milagros que protagoniza la Diosa, el principal de los cuales consiste en la cura de la hidrofobia: de todas las regiones de la península, y aún de ultramar, acudían entonces los mordidos o infectados por las mordeduras de perros para recuperar la salud perdida. Recién ahora, cuando oyeron a Birsa decir “contra los perros, la ilusión de la rabia”, comprendieron los cuatro Sacerdotes que aquellos milagros antiguos estaban relacionados con los poderes de Bera y Birsa.
Un siglo después, en el año 159, el misionero Ciriaco convierte al Culto de Rus Baal en cristiano por el simple trámite de identificar a Proserpina con la Virgen María, llamada desde entonces “Nuestra Señora de la Rábida”, puesto que la Diosa continuó curando la hidrofobia. Pero entonces, como María “Madre de Dios”, Proserpina-Perséfone era ya imagen acabada de la Gran Madre hebrea Binah. El nombre “de la Rábida” fue, pues, quinientos años anterior a la denominación, Rapta o Rápita con que los árabes señalaban la ermita edificada en Rus Baal, sobre los cimientos de la antigua Capilla de Nuestra Señora de la Rábida. Producida la Reconquista, la ermita pasó en principio a manos de los monjes solitarios de San Francisco, que construyeron el Convento con sus dimensiones actuales, pero pronto fue concedido por el Papa a los Templarios, quienes lo ocuparon hasta la disolución de su Orden. El Obispo San Macario, para celebrar la liberación del Convento, hizo donación al soldado Constantino Daniel de una escultura que la tradición atribuía al Apóstol San Lucas y que representaba a la Virgen María.
En el momento que estoy evocando, cuando los Inmortales Bera y Birsa se hallaban reunidos con los cuatro Sacerdotes en el Castillo de Aracena, aquella escultura aún se encontraba en el Convento de la Rábida, en Rus Baal, frente a la comarca de Palos.


DÍA 30
EL CULTO A LA VIRGEN DE LA GRUTA, ES REEMPLAZADO POR EL CULTO A LA VIRGEN DE LOS MILAGROS - ARBOL RIMMÓN SEPHIRÓTICO

  
---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Bera & Birsa (runidos con sacerdotes golen) ordenan el reemplazo de cultos (para limpiar la mancha dejada por la vírgen de Agartha), para ello ordenan, a un monje escultor, esculpir a la Vírgen de los Milagros
---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Los cuatro Sacerdotes de Jehová Satanás reflexionaban sobre el Anuncio de los Inmortales: próximamente ocurriría la decimosegunda manifestación de la Shekhinah, muy cerca de allí, en Rus Baal; y Ellos serían protagonistas de aquel extraordinario portento: ¡sólo otro Sacerdote de Israel podría comprender el éxtasis que experimentaban los cuatro ante semejante posibilidad! ¡Porque sólo el Alma de un judío es capaz de comprender a la Shekhinah! El más emocionado era el Gran Maestre del Temple:
 “¡Oh, qué gran honor, pensaba estremecido, que a mi Orden se le haya confiado la custodia de tan sagrado lugar! ¡Dios mismo descenderá ahora, en medio de los nuestros!”–. Y así por el estilo, cada uno daba rienda suelta a sus fantasías rabínicas y Golen.
¡En efecto, Sacerdotes! – aprobó Birsa, adivinando el pensamiento de los presentes– ¡vosotros contribuiréis como nadie a ejecutar los Planes de Dios! Miles de monjes Golen y de Doctores hebreos trabajan para instaurar la Sinarquía Universal: ¡todos ellos gozan del favor de Elohim y serán recompensados magníficamente! Pero sólo vosotros cuatro conocéis hoy el Anuncio de la Shekhinah: ¡y sólo a Vosotros, y a quienes vosotros llaméis para colaborar, YHVH Sebaoth considerará responsables del Holocausto de Agua que Quiblón le ofrendará en su día! ¡Alegraos, pues, Sacerdotes porque el Triple Holocausto de Quiblón, uno de los más sangrientos de la Historia, os será atribuido si cumplís con la Misión que os encomendaremos! ¡De ella depende que se realice el designio de YHVH; sobre ella reposa, Sacerdotes, uno de los pilares de la Historia!
– ¡Ahora que el Mal ha sido extirpado en Huelva, –prosiguió Bera– ahora que la Sangre de Tharsis se ha convertido en lejía, os encargaremos una Misión muy simple, cual es la de afirmar el Bien sobre la Tierra! ¡Y el Bien es YHVH! ¡Y YHVH sólo puede descender en Tierra Santa! ¡A vosotros corresponde, Sacerdotes de YHVH, purificar la Tierra! –la mirada de Bera era interrogadora.
¡Sí, –exclamaron Nasi y Benjamín al unísono–. Purificar la Tierra es tarea de Sacerdotes! ¡Santificarla es facultad de YHVH!
De acuerdo, Sacerdotes: ¡Nosotros, los Representantes de Melquisedec, os ordenamos: purificad esta tierra de Huelva, borrad todo vestigio del Misterio del Fuego Frío, limpiad la Mancha del Culto a la Virgen de la Gruta! Por sobre todo: ¡eliminad el recuerdo de esta tenebrosa Deidad! Pues no habrá paz, ni en la Tierra ni el el Cielo, y Rus Baal no será Tierra Santa, mientras perdure la Presencia perturbadora de la Virgen de Agartha portando su Semilla Maldita.
Naturalmente –dijo Bera– que una expiación semejante sólo será efectiva si se reemplaza a un Culto por otro. En consecuencia, os ordenamos, también, implantar en todos los lugares necesarios el Nuevo Culto de la Virgen de los Milagros: ¡Ella iluminará con Su Fuego Caliente las Tinieblas que derramó la Intrusa! Cuando los Gentiles le entreguen su Corazón sin reservas, la Intrusa será olvidada, se apagará el recuerdo de su abominación, y la Tierra quedará purificada: ¡entonces, y sólo entonces, descenderá la Shekhinah en Rus Baal!
¡Pero ese Culto ya existe! –interrumpió el Gran Maestre del Temple–.¡Justamente en la Rábida se adora a la Virgen de los Milagros, la antigua Proserpina de Palos, Señora de la Rabia!
¡Os equivocáis, Sacerdote! –aseguró Bera, sonriendo horriblemente–. Me estoy refiriendo a un Nuevo Culto que reemplazará también al que vos mencionáis: el Culto a la Gran Madre Binah, a quien advocaréis como Virgen de los Milagros para evitar que los Gentiles sospechen la sustitución, pero que recibirá varios Nombres Sagrados, sólo conocidos por los Sacerdotes Iniciados, Golen y Rabinos. Me estoy refiriendo, pues, a la Virgen de la Ciñuela,
o a la Virgen de la Cinta,
o a la Virgen de la Barca,
o a la Virgen del Niño de Barro,
o a la Virgen del Fuego Caliente.
¡Buscad Sacerdotes, buscad ya al monje escultor que habéis hecho venir desde Francia!
El Abad de Claraval salió presuroso de la Biblioteca, y un instante después entraba seguido del humilde monje cisterciense, que traía en sus manos un rollo de pergamino y un tizón de carbón. El monje se detuvo frente a Bera, seguido del Abad, y contempló aterrorizado el rostro diabólico del Inmortal.
¡Escuchad bien, miserable! – le espetó Bera con los ojos llameantes de odio–. Os voy a hacer una advertencia: sobre lo que veréis en este lugar, no hablaréis jamás a nadie. Cumpliréis vuestro trabajo y luego os enclaustraréis de por vida en un Monasterio de clausura. ¡Y ni se os ocurra desobedecer nuestro mandato pues la Tierra será chica para ocultar vuestra traición! No obstante, no confiamos en vos y seréis vigilado día y noche desde ahora. ¡Pero debéis saber, criatura mortal, que ni la Muerte os podrá librar de Nosotros, pues a los mismísimos infiernos iremos a castigarte! ¿Habéis comprendido los riesgos que corréis?
El pobre monje se había arrojado al suelo, a los pies de Bera, y temblaba como un perro asustado. – “N...no o…osaría traicionaros” –balbuceaba, sin levantar la mirada de los pies de Bera, sin atreverse a ver nuevamente la amenaza mortal de sus ojos.
Mas vale que digáis la verdad –dijo con ironía aquel Rey de la Mentira, que era Bera–. ¡Levantaos, perro! – ordenó con dureza– y observad la página de este libro abierto. ¿Qué veis en ella?
Los cuatro sacerdotes se miraron entre sí, asombrados de que los Inmortales mostrasen al monje escultor, que no era ni Teólogo ni Cabalista, y mucho menos Iniciado, un dibujo secreto del Sepher Icheh. Tratando de serenarse, el imaginero se apoyó con sus dos manos en el borde de la mesa rampa y observó la hoja indicada. Lo que vio, pronto le hizo olvidar los amargos minutos anteriores y, él se lo repetiría para sí mismo toda la vida, lo recompensó de los sufrimientos padecidos hasta entonces. Por primera vez se sintió libre de culpas, sin pecado, perdonado por una Piedad que venía de adentro del Alma, como si el Alma participase de un Jubileo Divino: y quien inspiraba esa sensación de libertad anímica, esa seguridad de ser aprobado por Dios y amado por Cristo, era la Más Bella y Majestuosa imagen de la Madre de Dios que el monje viera nunca; porque, desde luego, aquella Señora estaba viva; mientras sostenía al niño en sus brazos, la Madre lo miró fugazmente, y fue en ese instante que él se sintió perdonado, en paz, como si Ella le hubiese dicho – Anda, hijo de Dios, que yo intercederé para que el Rigor de Su Ley, no sea recalcitrante contigo. ¡Cumple tu misión y retrátame como me ves, en la Plenitud de Mi Santidad, para que los hombres vean también el Milagro que tú ves; cumple con todo tu talento y el Gran Rostro de Dios te sonreirá!
¡Es tan Bella! –gritó el escultor, completamente alucinado–. Sólo unas manos guiadas por la Gracia de Dios, y una piedra bendecida por el Altísimo, podrían realizar la Obra que se me pide. ¡Pero Yo pondré mis manos al Servicio de Dios, y Vosotros, que sois poderosos, me proveeréis de la mejor piedra de alabastro del Mundo!
Y desplegando el pergamino junto al libro, se puso a dibujar febrilmente el retrato de una Virgen con el Niño de novedosas características. Los cuatro Sacerdotes lo miraban sorprendidos, pues era evidente que su visión no provenía del libro Sepher Icheh, por lo menos de la hoja que estaba a la vista, sino de otra realidad, de un Mundo Celeste que se había abierto ante sus ojos y le había revelado la Señora de su inspiración.
Con inusitada paciencia, los Inmortales aguardaron una larga hora hasta que el monje pareció retornar a la realidad: sobre la mesa, se hallaba completada la síntesis gráfica de la visión sobrenatural.
Eminencias: ahora comprendo Vuestras reservas –dijo el tallista, aún emocionado–.
Vosotros, indudablemente con la autorización del Señor, me habéis permitido asomarme al Cielo y contemplar a la Madre Santísima. Tened por seguro que aunque siempre lo recuerde, y quede mi Obra como testimonio de esta visión, jamás saldrá de mi boca el origen de la misma. ¡Como lo habéis advertido al comienzo, os respondo de ello con mi vida! Empero –aquí entrecerró los ojos y reflexionó en voz alta, para sí mismo– ¿qué es la Muerte, frente a la posibilidad aún más aterradora de perder el favor de la Madre de Dios, de fallarle a Ella? ¡Cumpliré! –dijo ahora gritando– ¡Oh, sí. Cumpliré. Por Ella Cumpliré!
¿Os creéis capaz de tallar la estatua que necesitamos? –interrogó Birsa, sin muchas contemplaciones por el estado místico del monje escultor.
¡Oh sí! ¡Pondré todo mi Arte, y la Inspiración Divina que ahora me embarga, para dar el acabado más perfecto a esta imagen! –y señalaba los dibujos esbozados a carbonilla sobre el fino cuero del pergamino.
En estos se exponía una Madre Sublime, dotada de un bello rostro de rasgos israelitas y vestido de igual nacionalidad, cubierta la cabeza con una mantilla larga, hasta más abajo de la cintura, y sosteniendo al Niño con la mano izquierda, mientras en la derecha portaba un cetro coronado con Granada. El cuerpo de la Madre daba la impresión de estar levemente inclinado hacia la izquierda, quizá para dejar que el Niño Divino ocupase el centro de la escena. El Niño, por su parte, miraba de frente y bendecía lo observado con un gesto de la mano derecha, en tanto que en la izquierda sostenía una sphaera orbis terrae.
Ambos, la Madre y el Niño, estaban coronados: la Madre lucía Corona de Reina, que el imaginero anotaba, debía construirse de oro puro; y el Niño tenía sobre un aro de plata en halo, tres flores de almendro separadas proporcionalmente: del sexto pétalo de cada flor, brotaban nueve rayos, símbolo de los Nueve Poderes del Messiah. A los pies de la Virgen, diversos símbolos, como caracoles y peces, indicaban la naturaleza marina de la advocación: Ella misma se hallaba posada sobre las olas.
Hasta cierto punto confiaremos en vos, aunque igualmente seréis vigilado –amenazó Birsa, luego de examinar el bosquejo–. Nos agrada lo que habéis visto y lo que pensáis hacer. ¡Sois afortunado, Siervo de Dios! Ahora retiraos a vuestra celda, que mucho tenéis para orar y meditar.
Momentos después estaban nuevamente los seis reunidos frente al Sepher Icheh.
¿Qué es lo que vio el monje, Oh Inmortales? De cierto que no ha sido esta figura de la página lamed, – preguntó el Abad de Claraval.
De cierto que no, –respondió Birsa– Bera ha hecho comer al escultor un grano de este fruto –y señaló la granada Binah.
En efecto; –confirmó Bera– hemos permitido al monje asomarse al Séptimo Cielo, al Palacio donde mora el Messiah, en los amorosos brazos de su Madre Binah. Y él ha visto a la Madre y al Messiah, a la Pareja Divina de los Aspectos de YHVH que rigen el Séptimo Cielo: la Madre Binah, derramando la Inteligencia creadora de YHVH Elohim con el Fuego Caliente de Su Amor; y el Soplo de YHVH que es el Alma del Messiah, el Niño cuya Forma es la de Metatrón, cuya cabalgadura es Araboth, las nubes, cuya ronda se realiza sobre las aguas de Avir, el Eter, y cuya Manifestación es la Shekhinah, el Descenso de YHVH en el Reino. Hemos hecho esto porque necesitamos que se represente esa visión sobre una Primera Piedra, y se exhiba en la Rábida, en reemplazo de la estatua del Obispo Macario que custodian los Templarios. La talla se realizará en secreto y, cuando esté lista, vosotros la sustituiréis con la mayor discreción.
Se afirmará entonces, con más énfasis que nunca, que la misma es obra del Evangelista, que el propio San Lucas la talló en el siglo I. Es importante que así se haga porque Quiblón, algún día llegará a Rus Baal a confirmar su clave, que será S.A.M., es decir, Shekhinah, Avir, Metatrón, la clave universal del Messiah: por la imagen nueva de la Virgen de los Milagros, él sabrá que allí se manifestará la Shekhinah para dotarlo del Verbo de Metatrón a través de Avir, el Eter.
Como sabéis, esta imagen del Arbol Rimmón Sephirótico, simboliza a Adam Ilaah, el Hombre de Arriba, también llamado Adam Kadmon, el Hombre Primordial, es decir, la Forma Humana de YHVH, la cual se reproduce en Adam Harishón, el hombre terrestre. En los frutos del Divino Granado de la Vida están los Diez Nombres-Números arquetípicos con los cuales El adoptó dicha Forma y dio existencia a todos los entes creados. Estos Nombres-Números llamados Sephiroth son el nexo entre la Unidad de YHVH y la pluralidad de los entes: para YHVH, los Sephiroth son idénticos y uno con El Uno; para el Mundo, los Sephiroth son distintos y dan existencia a lo múltiple que constituye la realidad. Visto desde el Mundo, por Nosotros, los Seres Creados, los Diez Sepiroth emanan sucesivamente de El Uno sin dividirlo, y brotan del Arbol Rimmón.
…………………………………………………………………………………………………………..
El primer fruto es Kether, la Corona de Ehyeh, el Aspecto esencial de YHVH: bajo Kether recién está el Trono de Dios, el Más Alto de la Creación. Kether es el Santo Anciano, attiká kadisha, o más aún, el Anciano de los Ancianos, attiká deatikim. El se sienta en el Trono y hasta El solo llega Metatrón, quien a veces desciende hasta los hombres, como habló con Moisés en el Sinaí, y los conduce ante el Anciano de los Días. El es el que dijo a Moisés – “Yo Soy El que Soy”, Ehyeh Asher Ehyeh [Exodo, 3,14].
El Poder de Ehyeh se extiende directamente sobre los Seraphim o Serafines, Haioth Hakadosch, es decir, Almas Santas, Angeles Constructores del Universo.
…..………………………………………………………………………………………………………
De Kether surge el segundo de los Sephiroth, la Sephirah Hokhmah, la Sabiduría de Yah, el Dios Padre. La Hokhmah es el Divino Pensamiento de todos los entes: nada hay que haya existido, exista, o vaya a existir, que antes no estuviese en potencia en la Hokhmah; muchos son los granos de este Fruto, Padre de todos los frutos de la Tierra. Esta misma imagen del Arbol Rimmón es producto de la Sephirah Hokhmah, que en este caso se revela a sí misma. Quien se hace presente en la Hokhmah, e introduce a los hombres en la esfera del Padre, es Raziel, el Angel que escribió para Adán el Primer Libro de la Ley.
Pero la Sabiduría del Padre cruza del canal dahat y se refleja en Binah, la Tercera Sephirah, cuya Inteligencia Divina es necesaria para que se concrete la creación de los entes pensados. Binah es la Gran Madre Universal: por Ella la Sabiduría del Padre produce los frutos de los Mundos y del contenido de los Mundos. El Fuego Caliente de su Amor Universal inunda el Eter Avir y transmite a todos los Mundos la Inteligencia de YHVH Elohim, el tercer Aspecto de El Uno.
Bajo su Poder se encuentran los enérgicos Angeles Aralim, que actúan en la esfera de Saturno, pero el Angel principal, el que comunica al hombre con la Divina Madre, es Zaphkiel, el que fuera guía de Noé, el gran navegante: Binah es, pues, Señora de Marinos.
Kether, Hokhmah y Binah constituyen el Gran Rostro del Anciano, Arikh Anpin: los siete Sephiroth de Construcción que restan forman, a su vez, el Pequeño Rostro de Dios, reflejo de El Gran Rostro y primer acceso a El Uno que el hombre puede obtener partiendo de cualquier cosa creada.
– Los siguientes Sephiroth son Numeraciones emanadas de la Trinidad esencial Kether, Hokhmah y Binah: Hoesed y Netsah, que se encuentran a la derecha del Arbol Rimmón, son masculinas como el Padre; Din y Hod, femeninas como la Madre, fructifican a la izquierda del Granado. En la columna central de un tronco, crecen los frutos neutros, que sintetizan los opuestos de las dos trinidades sucesivas: Din, Tiphereth, Hoesed, creadora y productiva, y Hod, Yesod, Netsah, ejecutora y concretadora de los entes. Por último, está en el centro Malkhouth, el Reino, que refleja a Kether, la Corona, y es la síntesis manifiesta de la Forma de El Anciano de los Días: por el Reino desciende la Shekhinah a la Tierra, y el Reino de Dios se concretará en la Tierra cuando la Shekhinah tome la forma del Pueblo Elegido, Gobernada por el Rey Messiah.
…………………………………………………………………………………………………………..
El cuarto Sephiroth es, pues, Hoesed, la Gracia de Elohai, Su Misericordia y Piedad. Es La Mano Derecha de YHVH y bajo Su Poder se hallan esas criaturas de los Cielos llamadas Dominaciones o Hasmalim, que actúan en la esfera de Júpiter. El Angel principal es Zadkiel, que fuera guía de Abraham.
…………………………………………………………………………………………………………..
El quinto Sephiroth es Din, el Rigor de Elohim Gibor. De este fruto procede la Ley de Dios, y sus granos son las Sentencias de Su Tribunal: todo acto humano, y todo ente de la Creación, deben someterse al Juicio, de Geburah, de Elohim Gibor. Es La Mano Izquierda de YHVH y bajo Su Poder están las Potestades denominadas Seraphines, que influyen en la esfera de Marte. Su Angel principal es Kamael, el protector de Sansón.
…………………………………………………………………………………………………………..
El sexto Sephiroth es Tiphereth, la Belleza de YHVH. Unido con las Sephirah Hoesed y Din conforman la tríada productora de los entes creados, Din, Tiphereth, Hoesed, pero en realidad Tiphereth es el Corazón de YHVH, el asiento del Fuego Caliente de la Gran Madre Binah. En Tiphereth, las Formas adquieren la perfección arquetípica de la Belleza Suprema: los actos de los hombres, inspirados en Tiphereth, sólo pueden ser actos de Amor; y los entes creados, se hallan religados entre sí por el Amor Universal que irradia el Corazón de YHVH. En Tiphereth todo es Bello y Perfecto, porque la Sabiduría Hokhmah de las cosas pensadas perfectas, y la Inteligencia Binah de su concepción, producidas por la Gracia Hoesed y ajustadas al Rigor Din de la Ley, brillan en su Fruto. Mas Tiphereth no es una Granada sino una Fresa, es decir, una Rosa, otra parte del Mensaje Uno del Amor de YHVH hacia el Hombre Anímico. La Fresa Tiphereth se transforma en Rosa cuando el Corazón del Hombre terrestre alberga el Fuego Caliente de la Pasión Animal. Bajo Su Poder se encuentran los Angeles que operan a través de la esfera del Sol, las Virtudes llamadas Malachim. Y existen aquí dos poderosos Angeles: uno, Rafael, que fue guía de Isaac; y otro, Peliel, que dirigió el destino de Jacob. Actúan también aquí unos Angeles que deberían estar más alto: son los Seraphim Nephilim que los Atlantes blancos acusan de “Angeles Traidores”, pero que en verdad sirven a YHVH con enérgica dedicación, llevando adelante sus Planes de progreso humano y favoreciendo la creación de la Sinarquía Universal del Pueblo Elegido. Ellos fundaron la Fraternidad Blanca y fijaron su residencia en el Corazón de YHVH; y de Ellos depende la Jerarquía Oculta de Sacerdotes de la Tierra.
…………………………………………………………………………………………………………..
El séptimo Sephiroth, Netsah, revela la Victoria de YHVH Sebaoth, el Dios de los Ejércitos Celestes. Es La Columna Derecha del Templo, Jaquim, y bajo Su Poder están los Principados o Elohim, los Angeles que influyen desde la esfera de Venus. Cerviel, el Angel director de David, la preside.
…………………………………………………………………………………………………………..
El octavo Sephiroth es Hod, la Gloria de Elohim Sebaoth, la Columna Izquierda del Templo, Boaz. Domina a los Arcángeles Ben Elohim, que se expresan desde la esfera de Mercurio: Miguel, el inspirador de Salomón, es aquí el Angel principal.
…………………………………………………………………………………………………………..
El noveno Sephiroth es Yesod, el Fundamento de la Creación de YHVH Saddai, el Todopoderoso. Es el órgano reproductor de YHVH, y, conjuntamente con Netsah y Hod, compone la última tríada constructora o ejecutiva: Hod, Yesod, Netsah. Su Poder abarca a los Angeles conocidos como Querubines, que se manifiestan desde la esfera de la Luna, y su Angel principal es Gabriel, protector de Daniel.
…………………………………………………………………………………………………………..
Y el décimo Sephiroth es Malkhouth, el Reino de Adonai Melekh, el Señor Rey de la Creación, reflejo último del Anciano de los Ancianos. Por eso bajo Su Poder se sitúan todos los miembros de la Jerarquía Oculta y de la Fraternidad Blanca, los Issim del Pueblo Elegido. Y por eso su Angel principal es Metatrón, el Alma del Messiah. Malkhouth es la Madre Inferior, como Binah es la Madre Superior, mas, si el descenso de la Madre Inferior se exterioriza en el Pueblo Elegido, éste pasa a ser la Shekhinah, la Esposa Mística de YHVH.



DÍA 31
EL MISTERIO DE LA PIEDRA DE FUEGO
Todo esto, vosotros lo conocéis bien –agregó Bera, que era quien estaba describiendo el dibujo del Sepher Icheh– pero he repetido lo esencial para evitar malentendidos, pues enseguida explicaremos el Misterio de la Piedra de Fuego.
Semejante explicación, que fue a Nos solicitada por el Gran Maestre del Temple, requiere la comprensión previa y exacta de la Obra de El Uno, de la Creación de YHVH, de Su Manifestación en lo Creado como Arbol Rimmón de los Principios inmanentes y absolutos, de su triple principio de la acción inmanente, Shekhinah, Avir, Metatrón.
Suspiró, aliviado, el Gran Maestre, quien ya temía que la explicación pedida no llegase nunca.
Observad las raíces del Granado de la Vida: surgen del décimo Sephiroth, el Reino, que lleva en su tronco el Signo de la Almendra. Como el candelabro Menorah, las raíces son siete y culminan en los cálices de la flor de Almendra, donde se asoman al Mundo terrestre los Ojos de YHVH, los Ojos que nunca duermen, los Ojos que lo ven todo, los Ojos que viera el Profeta Zacarías.
Estas raíces ópticas del Arbol de YHVH representan a Israel Shekhinah, al Pueblo Elegido, siendo Uno con El Uno, es decir, muestran la concreción del Plan, muestran al Pueblo Elegido ejerciendo el Gobierno Mundial en Nombre de El Uno: en verdad, será el inefable Uno quien se mostrará en la Shekhinah de Israel al Final del Tiempo.
Dijo el Profeta: –prosiguió Birsa– “Así dice YHVH: el Cielo es mi Trono, y la Tierra la Piedra de Fuego bajo mis pies”. YHVH descansa, pues, sus pies, las raíces del Arbol Rimmón, sobre una Piedra de Fuego que no es otra más que el Alma del Messiah, manifestada en la Shekhinah: esa Piedra terrestre, es la réplica de Metatrón, el Hombre Celeste, Arquetipo de todos los hombres de barro caliente. Porque esa Piedra de Fuego, que estaba desde el Principio de la Creación, pero que no fue empleada por los Constructores, encajará con justeza al Final del Tiempo, cuando el Tiempo sea terminado y se constituya en Piedra Angular, Clave de Bóveda de todo el edificio: “La Piedra que el Cantero desechara, se ha tornado Piedra Angular” [Salmo, 118,22].
¿Y dónde se asienta esa Piedra de Fuego, el Alma del Messiah, Metatrón, que es modelo de todos los hombres de barro caliente? Según el Profeta: “Por eso, dice Adonai YHVH: Aquí estoy Yo poniendo en Sión el cimiento de una Piedra, una piedra probada, angular, preciosa, fundamental, cimentada; quien crea, no se moverá de aquel cimiento” [Isaías, 28,16].
Los hombres mortales, Piedras de Barro, serían al Final como la Piedra de Fuego, como Metatrón, el Hombre Celeste; serían así cuando el Templo estuviese listo, y cada uno ocupase su lugar en la construcción, de acuerdo al modelo del Messiah; serían así en los días en que el Reino de YHVH se concretase en la Tierra; y reinase el Rey Messiah; y la Shekhinah se manifestase como el Pueblo Elegido. Porque sólo para Israel ha creado YHVH el Reino y el Rey: ningún pueblo Gentil ha sido nunca un verdadero Reino, aunque lo haya parecido, ni ha existido un verdadero Rey, fuera del Pueblo Elegido: por eso el Nombre Melquisedec, del Supremo Sacerdote de nuestra Orden, significa en realidad “El que destrona a los Reyes” y no “El Rey de Sedec” como hemos hecho creer a los Gentiles.
Melquisedec, y los que pertenecemos a su Orden, hemos de destruir todo falso Reino y todo falso Rey antes de que se reproduzca en la Tierra el verdadero Reino de YHVH, Malkhouth, con el Gobierno Mundial del Pueblo Elegido.
Sin embargo, Sacerdotes, el Plan de Dios ha sido trastornado y ahora será necesario sacrificar a los hombres de barro en un Holocausto de Fuego, al Final del Tiempo, justamente cuando el Templo esté levantado y el Reino se realice en la Shekhinah de Israel: como Os aseguramos, la Piedra de Fuego deberá ser lavada con lejía para borrar su Señal Abominable. La Piedra de Fuego, que era un Arquetipo Puro al Principio del Tiempo, se multiplicó, sin perder su singularidad en El Uno que caracteriza a todos los Sephiroth: y cada Piedra de Fuego, idéntica a la del Principio, era un Alma que alcanzaría la perfección al Final, al ser como todas Una con El Uno; el hombre de barro llegaría así a ser Piedra de Fuego, semejante a Metatrón: para ello sólo debería cumplir la Ley y desplazarse en el Tiempo hacia el Final, donde estaba la Perfección. Pero he aquí que Ellos, los Seraphim Nephilim, creadores de la Fraternidad Blanca, grabaron el Signo Abominable en la Piedra de Fuego sobre la que cada Alma de los hombres de barro se asienta. Y el Signo Abominable enfrió la Piedra de Fuego, Aben Esch, y la quitó del Final. Entonces, Sacerdotes, la Piedra que debe ser lavada con lejía al Final, es la Piedra Fría que no tendría que estar donde está, porque no fue puesta al Principio por el Creador Uno.
Piedra Maldita, Piedra de Escándalo, Semilla de Piedra: Ellos la plantaron después del Principio en el Alma del hombre de barro y ahora se halla en el Principio. El Tiempo es el constante fluir de la Conciencia de El Uno: entre el Principio y el Final del Tiempo está la Creación; y al Final del Tiempo está la Perfección del Alma como Piedra de Fuego. Es la Voluntad de YHVH que el Alma alcance la Perfección Final según el modelo de Metatrón. Pero ahora el Alma no puede ver a la Piedra Fría que lleva hundida en su seno. No la percibe hasta que ella se atraviesa en su camino y se convierte en Piedra de Tropiezo para el Alma, en Obstáculo Insalvable para alcanzar el Bien de la Perfección Final. Sin la Semilla de Piedra en el Alma del hombre de barro no habría habido Mal ni Odio hacia la Creación, la evolución se hubiese realizado por la Fuerza del Amor al creador, la Perfección Final hubiera estado asegurada para toda Alma Creada: ahora ese Plan de YHVH será imposible de cumplir, y el Juicio Din del Anciano de los Días determina que sólo quienes alcancen el Bien de la Perfección Final, en cualquier Tiempo, lleguen vivos al Final del Tiempo; en cambio los contaminados por el Mal, los hombres de barro cuyas almas incuben, aún sin saberlo, la Semilla de Piedra, serán disueltos y transformados en lejía, para lavar con ella el Signo Abominable en la Piedra de Fuego.
Sí, Sacerdotes: –continuó Birsa– Ehyeh creó todos los seres, incluida la Piedra. A ella la extrajo del Fuego Caliente y por eso la designó como “Piedra de Fuego”. Y puso a todos los Seres Creados en el Devenir del Tiempo, que es el Fluir de Su Conciencia: porque antes del Principio no existía nada creado salvo el inefable Ser Supremo. El Espíritu de El Uno salió al Principio del Ein Sof, el Infinito Actual, que representa la nada para todas las Almas creadas. Así El Uno, que surgió también de esa nada, sacó de ella los Seres Creados, el primero de los cuales fue el Fuego Caliente, creado el primer Día: dio así Principio al Tiempo. El Alma del hombre de barro, creada luego, comenzó a evolucionar desde entonces, en dirección a la Perfección Final. Mas esa evolución era muy lenta. Para acelerarla vinieron los Seraphim Nephilim con el consentimiento de El Uno; también surgieron de Ein Sof: a tales Angeles, nuestros enemigos denominan “Dioses Traidores”. Lo cierto es que Ellos extrajeron de la nada el Abominable Signo No creado y lo grabaron en la Piedra Caliente: y ese fue el Origen del Mal. La Piedra Señalada se transformó por ese Signo en “Piedra Fría” y se trasladó instantáneamente al Principio del Tiempo, retrocedió a la nada inicial para sostener una existencia abominable fuera del Tiempo. De entre los Seres creados, de entre las Piedras Creadas, la Piedra Fría rechazó el Orden de la Creación, se rebeló a la Voluntad de El Uno y se declaró Enemiga de la Creación. Quienes habían introducido el Signo No Creado en el Mundo, plantaron la Piedra Fría en el Alma del Hombre como Semilla de Piedra, para que creciese, madurase y fructificase, para que la fuerza de su desarrollo elevase al Alma rápidamente a la Perfección Final. Pero aquella Semilla, como dijimos, produciría un Fruto extremadamente hostil hacia el Dios Uno y Su Creación: un Fruto que sólo aceptaría existir fuera del Tiempo, antes del Principio, un Fruto que sólo ansiaría abandonar el mundo de los Seres Creados y perderse en la nada original; un Fruto que no podría ser previsto por el Alma porque su Semilla permanecería invisible desde el Principio; un Fruto al que denominarían “el Yo”. Y la causa de ese Fruto no sería la Piedra Fría, ni la Semilla de Piedra, sino esos habitantes del Abismo a los que conocéis como Espíritus Hiperbóreos. Ellos son nuestros verdaderos enemigos, mas, afortunadamente, sólo pueden manifestarse en el Alma del hombre mediante la Piedra Fría; comprenderéis, que aquello que los encadena al Alma del hombre, sin que Ellos lo adviertan, es la Piedra Fría en el Principio. Empero, si la Piedra Caliente fue extraída del Fuego Caliente, el Fuego Frío, contrariamente, ha brotado de la Piedra Fría: por ese Fuego Increado la Estirpe Maldita de Tharsis, que acabamos de exterminar, escapó durante siglos a nuestro control e infectó al mundo con Hombres de Piedra que pretendieron destruir las bases del Culto.
Al parecer, los Seraphim Nephilim no contaron con que el Fuego Frío brotaría de la Piedra Fría y revelaría a los hombres luciféricos lo que Ellos denominan “Negrura Infinita de Sí Mismo”; por eso es necesario, desde que tal odioso Misterio fue posible, evitar en el Futuro que la Semilla de Piedra madure y fructifique, que nazca el Niño de Piedra que recibirá la revelación del Fuego Frío y apagará el Fuego Caliente del Corazón; es necesario lavar la Piedra Fría con Lejía para que recupere el Fuego Caliente, el Fuego que jamás debe abandonar el Corazón del hombre. En verdad, Sacerdotes, aunque Ellos culpen a El Uno, y a sus representantes terrestres, de la desgracia que los aqueja, fueron los Seraphim Hiperbóreos, los que moran en el corazón de YHVH, Tiphereth, quienes conservan el encadenamiento espiritual; cierto que éstos obraron con el consentimiento de El Uno y nadie sabe cuándo ni para qué los creó, ni por qué les otorgó, también, el Poder de extraer seres de la nada. A menos que se conceda crédito a lo que Ellos mismos afirman: que no son Seres Creados por El Uno sino que proceden, como Ehyeh, de un Mundo existente Más Allá del Ein Sof; y que su naturaleza espiritual es igual a la de El Uno. Pero creerles a Ellos sería cometer la más grande herejía contra la Hokhmah del Maestro del Todo, pues ¿acaso no declaró el Uno mismo su Unidad Absoluta y Excluyente?:
“¿A quién me compararéis que se me parezca?, dice el Santo Anciano. Levantad a lo alto vuestros ojos y mirad: ¿Quién creó todo aquello?” [Isaías, 40,25].
“Así dice YHVH, Rey de Israel, su Redentor, YHVH Sebaoth: Soy el Primero y el último, y fuera de mí no hay ningún Dios. Vosotros sois mis Testigos. ¿Hay algún Dios fuera de mí? No hay otra Piedra; Yo no la conozco” [Isaías, 44,6].
“Vosotros sois mis testigos, dice YHVH, pues sois el Pueblo Elegido por Mí para que sepáis y comprendáis que Yo Soy, Ehyeh. Antes de Mí ningún Dios existió, y después de Mí no lo habrá. Yo, Yo Soy YHVH, y fuera de mí no hay Salvador. Yo Soy Dios desde siempre y también desde hoy Soy el mismo, y no hay quien escape de mi mano: haré lo que quiera ¿y quién lo cambiará?” [Isaías, 43,10].
Sí, Sacerdotes; no debemos dudar de El Uno. Pero tampoco olvidar que los Seraphim Hiperbóreos fundaron la Fraternidad Blanca a la que todos pertenecemos y en cuya Jerarquía hemos alcanzado el Más Alto Sacerdocio.
En síntesis, de acuerdo a los planes de los Seraphim Nephilim, mientras la Semilla de Piedra se desarrollase, el Alma del hombre de barro evolucionaría indudablemente acelerada en dirección de la Perfección Final. Pero la realidad contradijo estos planes: aquel Germen del Mal, al Fructificar, lejos de impulsar al Alma a elevarse hacia la Perfección Final, la hundiría en el Terror de Abismos sin Nombre, en la Eternidad de una Negrura Infinita. Al fin, la Semilla de Piedra terminaría dominando al Alma del hombre de barro y convirtiendo a éste en un Enemigo del Creador y de la Creación, endureciendo su Corazón y tornándolo un ser carente de Amor, transformándolo en un Hombre de Piedra. Es por eso que Nosotros, los Sacerdotes Perfectos, debemos propiciar el Holocausto de Fuego, que lave con lejía al Final la Señal Abominable en la–Piedra–que–está–plantada–en–el–Alma–del–Hombre–de–Barro. –concluyó Birsa.


---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
DÍA 32°
Inmediatamente, Bera agregó lo siguiente:
–Durante milenios, en el Continente hundido de la Atlántida, que los Gentiles jamás deben saber que existió, los Sacerdotes de El Uno lucharon contra el efecto hostil que la Piedra Fría causaba en el Alma de los hombres de barro. Se procuraba, por diversos medios, que el Espíritu Increado, encadenado al Alma por la Piedra Fría, olvidase su Origen, más allá del Ein Sof. Y los resultados fueron alentadores pues, finalmente, la sangre de los hombres de barro se había degradado de tal modo, que el Espíritu Increado era incapaz de orientarse hacia la Piedra Fría que le revelaría su Origen Divino. Hubo entonces una Edad de Oro Cultural, en la que otro Pueblo Elegido, semejante a Israel, instauró la Sinarquía Universal y se preparaba para el Reino de la Shekhinah.
Fue en ese momento que algunos Hombres de Piedra, que escaparon al exterminio a que los sometían los Sacerdotes y los Seraphines Nephilim, consiguieron atraer en su ayuda a otros Serafines, llamados “Hiperbóreos”, quienes ingresaron al Universo Creado a través de la esfera de Venus. El más terrible de esos Serafines fue el conocido como Lúcifer, Phósphoro, o Héspero, ya que, enfrentando a todas las Legiones Celestes de YHVH Sebaoth, se precipitó a la Tierra para legar su propia Corona al Espíritu, encadenado en los hombres de barro. Dejó aquí, pues, la Maldita Gema del Gral, que tiene el Poder de impedir que el Espíritu olvide su Origen. Hecho esto, regresó por donde había venido, pero dejando tras de sí los gérmenes fertilizados de las Estirpes luciféricas contra las que aún combatimos, en todo semejantes a la Casa de Tharsis que acabamos de exterminar.
Y serían esas Estirpes condenadas por YHVH, especialmente las surgidas de la Raza Blanca, las que ya no olvidarían el Origen, las que se propondrían germinar la Semilla de Piedra en todos los hombres de barro, las que desatarían la rebelión contra la Ley de YHVH y el odio a la Creación. Y así fue como se llegó inevitablemente a la Batalla de la Atlántida, que finalizó con una catástrofe planetaria. Sin embargo, el mayor Mal todavía no había ocurrido: éste sobrevino por causa de Lúcifer y de esa Mujer, La Intrusa Ama, que fue capaz de ingresar en la esfera de Venus y obtener el Secreto de las Semillas de Piedra. Sí Sacerdotes: el Serafín Lúcifer entregó a La Intrusa la Espiga de las Semillas de Piedra, que hasta entonces sólo poseían los Seraphim Nephilim. Y a su regreso el Mayor Mal se abatió sobre los hombres de barro, pues La Intrusa eligió a los más valientes y comenzó a plantar en sus corazones la Semilla de Piedra que apaga el Fuego Caliente de la Pasión Animal, el Amor de la Gran Madre Binah: cada Semilla de Piedra sería un Guerrero Sabio, un Hombre de Piedra situado fuera de la Ley de YHVH, en lugar del hombre idéntico a Metatrón que estaba destinado a ser al Final del Tiempo. Con su acto incalificable, La Intrusa, La Virgen de Agartha, ofendió profundamente a la Gran Madre Binah, a quien arrebató el Amor de numerosos Hijos: por eso es que se debe purificar esta tierra de Huelva, que por tantos siglos ha estado dedicada a su Culto Impío.
Sólo así descenderá la Shekhinah en Rus Baal.


Ella, Sacerdotes, es Nuestro Más Poderoso Enemigo, su Mal está por encima de todos los males; su Hostilidad hacia la Creación, supera a la de cualquier Hombre de Piedra; su Valor para enfrentar a El Uno sobrepasa al del Guerrero Sabio más valiente: frente a Ella, y a su Misterio Infinito, todos tiemblan de Terror; y tras el Terror y la Muerte, sólo sobreviven los Espíritus Increados, que son de su misma esencia Hiperbórea. Ella regresó de Venus, portando la Espiga de las Semillas de Piedra y trayendo en su vientre al Demonio de la Guerra, a Navután, su Hijo Increado. Todo fue una conjura del Serafín Lúcifer: El quiso que Ama tuviese un Hijo de Piedra, un Hijo que se pusiese al frente de la Raza Blanca y fundase para sus miembros un Misterio; y que los Iniciados en ese Misterio adquiriesen la Inmortalidad y recibiesen en su Corazón la Semilla de Piedra de la Virgen de Agartha.
–¡Mirad el Sepher Icheh! –ordenó Bera, a quien esta parte de la Historia producía una extraña mezcla de Odio y Terror–. Aquí se auto-crucificó Navután, – señalaba las ramas que iban desde el tronco hasta las Granadas Hoesed y Din–.
El As estuvo sujeto del Brazo Derecho y del Brazo Izquierdo del Santo Anciano, bajo su Gran Rostro y sin advertir que la Piedra de Fuego, Aben Esch, pendía sobre su cabeza. Nueve noches agonizó en la Cruz de Rimmón hasta que Frya, un Demonio Femenino tan terrible como Ama, salió de su ojo y averiguó el Secreto de la Muerte. Mas, para poder revelarlo a Navután, que acababa de morir, tuvo que comer un grano de la granada Hokhmah y transformarse en perdiz: entonces bailó para Navután la danza coja que permite salir del Laberinto de Ilusión de la Muerte; empero, aquel alimento la encadenó a la Ilusión, como a Perséfone, y no pudo regresar ya al Origen de donde había acudido para salvar a su Esposo. Es así que Frya, un nuevo Enemigo de la Creación, se quedó junto a Vides, el Señor de Agartha, la guarida de los Demonios Increados, y junto a Navután su Esposo, para llevar adelante la Guerra Esencial contra El Uno.
Navután, por su parte, resucitó y reveló a los miembros de su Raza el Secreto de la Muerte mediante el Misterio del Laberinto, en cuyo curso los Iniciados reciben en su corazón la Semilla de Piedra de la Virgen de Agartha y pueden convertirse en Hombres de Piedra. Discípulos de Navután fueron los Atlantes blancos, que sembraron el Mundo de Piedras impías, los que abrieron las puertas de las Mansiones Celestes para tomarlas por asalto.
Por eso, ¡no olvidéis, Sacerdotes, las condiciones del Pacto Cultural! Los Hombres de Piedra son nuestros más terribles Enemigos porque se han propuesto impedir la concreción de los Planes que YHVH ha dispuesto para la Humanidad: pero también lo son las Piedras de los Hombres de Piedra. No olvidéis que se deben destruir sus Piedras malditas pues en ellas podrían haber Semillas de Piedra, gérmenes de seres inconcebibles que podrían fructificar y nacer en determinados momentos de la Historia. No olvidéis que la Piedra Fría está siempre fuera del Tiempo, más allá del Principio de los Seres Creados, invisible para Nuestras Almas pero pronta a manifestar su hostilidad esencial cuando la oportunidad, es decir, el kairos, lo permita: ignoramos, pues, si de este o de aquel Meñir ha de surgir un Hombre de Piedra, pero en todo caso debemos destruirlo. No olvidéis que libramos la Guerra Esencial contra el Enemigo de la Creación, que la nuestra es la guerra entre la Lejía y la Piedra Fría, entre el Fuego Caliente y el Fuego Frío, entre lo Creado y lo Increado, entre el Ser y la Nada.
Birsa retomó la palabra para referirse exclusivamente a la misión que los Inmortales dejaban a los Sacerdotes. La reunión ya tocaba a su fin y transcurrirían muchos años antes de que Ellos regresasen: quizás, entonces, como antes, como siempre, habría otros Sacerdotes para recibirlos. No debían, pues, perder palabra alguna de las que decían Ellos, ya que nadie podría repetírselas luego. Y el error, en la Orden de Melquisedec, se pagaba muy caro.
–Ya conocéis, en parte, vuestra misión, –concedió Birsa–. Os dedicaréis con todos vuestros poderes e influencias a purificar esta región de Huelva. La Casa de Tharsis ha sido destruida y, aunque no hemos recuperado la Piedra de Venus, tampoco será utilizada en contra nuestra. Esa era una de las últimas Piedras de Lúcifer, que permitían a los Iniciados Hiperbóreos orientarse en el Laberinto de la Ilusión de la Vida; sin ellas a la mano, tranquilo podrá estar el Guardián del Laberinto, YHVH Adonai: sólo los Sacerdotes de Israel conocen la danza coja que señala la Salida. Sacerdotes: ¡el Enemigo está casi derrotado! ¡la Sinarquía del Pueblo Elegido pronto será una realidad, pronto descenderá la Shekhinah, pronto reinará el Rey Messiah! ¡Ya se vislumbra el Holocausto de Fuego! ¡Quiblón vendrá a Rus Baal a buscar a la Gran Madre Binah y exhibirá su Nombre S.A.M., Shekhinah, Avir, Metatrón; y Ella, amorosamente, plantará en su corazón la Semilla de Barro del Pardes Rimmonim, el Germen de Metatrón que será al Final Piedra de Fuego, Alma Perfecta del Pueblo Elegido!
¡Derribad sin miramientos los Altares de la Impostora! ¡Quitad de su mano la abominable Espiga del Odio! ¡Que nadie recuerde su Sacrilegio Esencial, sus Semillas de Piedra condenadas por YHVH! ¡Destruid sus lugares de Culto y sus Imágenes, matad hasta su memoria y, desde luego, quemad hasta las cenizas, y fabricad lejía con ella, a todos aquellos que crean en la Virgen de Agartha y ambicionen la Semilla de Piedra! ¡Sed duros, Sacerdotes, porque el Enemigo lo merece!
¡Levantad en cambio altares para la dulce Madre Binah! ¡Colocad en su mano la magnífica Granada del Amor de YHVH! ¡Que todos conozcan su Sacrificio Esencial, ser depositaria de las Semilla de Barro bendecidas por YHVH!
¡Construid lugares para su Culto e invocad sus Imágenes, generad en el pueblo memoria de Ella y, desde luego, premiad con las mayores dispensas a todos quienes crean en la Virgen de los Milagros, o de la Rábida, o de la Ciñuela, o de la Cinta, o de la Barca, o del Niño de Barro, o del Fuego Caliente! ¡Sed efectivos, Sacerdotes, porque los Planes de YHVH lo requieren!
En resumen, comenzaréis por sustituir la estatua del Obispo Macario por la nueva escultura de Nuestra Señora de los Milagros, que tallará el monje de acuerdo a la visión del Sepher Icheh. A esa escultura la instalaréis en el Convento de Nuestra Señora de la Rábida, pero de inmediato os abocaréis a la tarea de propiciar la edificación cercana de un gran santuario dedicado a la Virgen de la Cinta: el mismo deberá albergar a una Hermandad de marinos y propietarios de Naos, quienes solicitarán su protección y se congregarán en torno de su Culto. El sitio ideal será un cerro cercano al Mar, desde donde se divise la ría del Odiel, la Ciudad de Huelva, Palos, La Rábida y Moguer. Y la imagen que allí se adorará, será muy semejante a la que ha visto el monje escultor, pero dotada de mayores atributos sagrados: la Gran Madre Binah exhibirá en su mano izquierda la Ciñuela, es decir, la Granada ácida de la Vida Cálida, partida en forma de vulva y mostrando por su abertura los granos de las Semillas de Barro; con la mano derecha sostendrá al Messiah, quien aparecerá completamente desnudo salvo sus pies, que tendrá cubiertos con borceguíes para disimular la renguera de Dionisio. La mano izquierda del Niño Divino estará dirigida hacia la Granada, mientras con la derecha sostendrá la cinta sephirótica, el cordel con las diez medidas del Universo, el símbolo de los navegantes de ultramar. Pero en el vestido de la Madre de Dios, bien visible y contrastado, deben estar las letras hebreas del Nombre de Quiblón, S.A.M., es decir, Samekh, Aleph, y Mem. Por último, sobre la imagen de la Virgen de la Cinta, retrataréis a dos de los Seraphim Nephilim, sosteniendo con sus manos el Símbolo Céltico de la Llave Kâlachakra.
Haréis también otras imágenes y esculturas inspiradas en las recientes descripciones. Pero tened presente que, en todo caso, al Niño Messiah se lo debe despojar del sacrílego libro que ostenta el Niño de Piedra de la Virgen de Agartha, el Libro de la Sabiduría Hiperbórea: en su lugar, pondréis una sphaera orbis terrae, como símbolo del Poder Universal que el Rey Messiah alcanzará en el Reino de Israel Shekhinah. Parecidas a ésta, pues, serán las imágenes y esculturas que distribuiréis en todos los sitios que fuesen necesarios.
Y ahora, ¡atención, Sacerdotes!, pues Os profetizaremos por última vez.
Oíd este Mensaje, que se cumplirá en cualquier tiempo y lugar porque es Palabra de YHVH: Dice YHVH Sebaoth: Vendrán días de Gloria para el Pueblo Elegido.
Yo descenderé, Shekhinah, sobre él y Reinaré, en medio del Holocausto de Fuego en que se consumirán los impíos. Y en esos días, cuando la Gloria, y la Victoria, de Israel estén cercanas, Yo enviaré una señal inequívoca de que la hora ha llegado: Esa Señal será la caída de Granada, la Mansión de los Judíos. En verdad siempre será Granada la que marque esta hora.
Granada, que estará entonces poseída por un Reino decadente, será conquistada por un naciente Imperio. Se ofrendará después el Triple Holocausto de Pueblos Gentiles; y luego Yo bajaré; y comenzará la Gloria y la Victoria de Israel. Quiblón, cuya Voz cierra la Puerta de los Infiernos y abre la Puerta de los Cielos, me ofrendará el Triple Holocausto y me Anunciará, y Anunciará así La Hora de Israel.
– ¡Alegraos, Sacerdotes de YHVH Sebaoth, que hoy la Estirpe de Tharsis ha sido exterminada y Nosotros os Anunciaremos la próxima Shekhinah!
¡Cumplid, cumplid con firmeza y exactitud nuestras órdenes, y pronto vendrá Quiblón para recibir el Verbo de Metatrón y celebrar el Triple Holocausto aguardado por YHVH! ¡Que la Victoria Netsah de YHVH Sebaoth os acompañe!
– saludó Birsa.
– ¡Y que la Gloria Hod de Elohim Sebaoth corone vuestros esfuerzos! –se despidió Bera.
Al día siguiente, los Inmortales habían partido hacia Shambalá, dejando a los cuatro Sacerdotes sumidos en sombrías cavilaciones. Desde luego, la diabólica arrogancia de Bera y Birsa se habría aplacado un tanto si hubiesen sospechado siquiera que aún existían Señores de Tharsis con vida y que la Estirpe Condenada, como el Ave Fénix, renacería de sus propias cenizas en la Casa de Tharsis.