miércoles, 26 de septiembre de 2018

Israel-Malkhout-Jehova

A continuación, extractos de "El Misterio de Belicena Villca", en donde nos revela y explica que Israel, es un Aspecto del mismísimo Jehová.
En el primer extracto, citamos parte de la exposición de los inmortales Bera y Birsa, ante cuatro golen (o si se quiere, cuatro sinarcas). Bera y Bira fueron Reyes de Sodoma y Gomorra respectivamente, y ahora son sacerdotes inmortales de la Orden de Melquisedec


Como sabéis, esta imagen del Arbol Rimmón Sephirótico, simboliza a Adam Ilaah, el Hombre de Arriba, también llamado Adam Kadmon, el Hombre Primordial, es decir, la Forma Humana de YHVH, la cual se reproduce en Adam Harishón, el hombre terrestre. En los frutos del Divino Granado de la Vida están los Diez Nombres-Números arquetípicos con los cuales El adoptó dicha Forma y dio existencia a todos los entes creados. Estos Nombres-Números llamados Sephiroth son el nexo entre la Unidad de YHVH y la pluralidad de los entes: para YHVH, los Sephiroth son idénticos y uno con El Uno; para el Mundo, los Sephiroth son distintos y dan existencia a lo múltiple que constituye la realidad. Visto desde el Mundo, por Nosotros, los Seres Creados, los Diez Sepiroth emanan sucesivamente de El Uno sin dividirlo, y brotan del Arbol Rimmón.

El primer fruto es Kether, la Corona de Ehyeh, el Aspecto esencial de YHVH: bajo Kether recién está el Trono de Dios, el Más Alto de la Creación.
Kether es el Santo Anciano, attiká kadisha, o más aún, el Anciano de los Ancianos, attiká deatikim. El se sienta en el Trono y hasta El solo llega Metatrón, quien a veces desciende hasta los hombres, como habló con Moisés en el Sinaí, y los conduce ante el Anciano de los Días. El es el que dijo a Moisés –“Yo Soy El que Soy”, Ehyeh Asher Ehyeh [Exodo, 3,14]. El Poder de Ehyeh se extiende directamente sobre los Seraphim o Serafines, Haioth Hakadosch, es decir, Almas Santas, Angeles Constructores del Universo.

De Kether surge el segundo de los Sephiroth, la Sephirah Hokhmah, la Sabiduría de Yah, el Dios Padre. La Hokhmah es el Divino Pensamiento de todos los entes: nada hay que haya existido, exista, o vaya a existir, que antes no estuviese en potencia en la Hokhmah; muchos son los granos de este Fruto, Padre de todos los frutos de la Tierra. Esta misma imagen del Arbol Rimmón
es producto de la Sephirah Hokhmah, que en este caso se revela a sí misma.
Quien se hace presente en la Hokhmah, e introduce a los hombres en la esfera del Padre, es Raziel, el Angel que escribió para Adán el Primer Libro de la Ley.

Pero la Sabiduría del Padre cruza del canal dahat y se refleja en Binah, la Tercera Sephirah, cuya Inteligencia Divina es necesaria para que se concrete la creación de los entes pensados. Binah es la Gran Madre Universal: por Ella la Sabiduría del Padre produce los frutos de los Mundos y del contenido de los Mundos. El Fuego Caliente de su Amor Universal inunda el Eter Avir y transmite a todos los Mundos la Inteligencia de YHVH Elohim, el tercer Aspecto de El Uno.
Bajo su Poder se encuentran los enérgicos Angeles Aralim, que actúan en la esfera de Saturno, pero el Angel principal, el que comunica al hombre con la Divina Madre, es Zaphkiel, el que fuera guía de Noé, el gran navegante: Binah es, pues, Señora de Marinos.

–Kether, Hokhmah y Binah constituyen el Gran Rostro del Anciano, Arikh Anpin: los siete Sephiroth de Construcción que restan forman, a su vez, el Pequeño Rostro de Dios, reflejo de El Gran Rostro y primer acceso a El Uno que el hombre puede obtener partiendo de cualquier cosa creada.

–Los siguientes Sephiroth son Numeraciones emanadas de la Trinidad esencial Kether, Hokhmah y Binah: Hoesed y Netsah, que se encuentran a la derecha del Arbol Rimmón, son masculinas como el Padre; Din y Hod, femeninas como la Madre, fructifican a la izquierda del Granado. En la columna central de un tronco, crecen los frutos neutros, que sintetizan los opuestos de las dos trinidades sucesivas: Din, Tiphereth, Hoesed, creadora y productiva, y Hod, Yesod, Netsah, ejecutora y concretadora de los entes. Por último, está en el centro Malkhouth, el Reino, que refleja a Kether, la Corona, y es la síntesis manifiesta de la Forma de El Anciano de los Días: por el Reino desciende la Shekhinah a la Tierra, y el Reino de Dios se concretará en la Tierra cuando la Shekhinah tome la forma del Pueblo Elegido, Gobernada por el Rey Messiah.

El cuarto Sephiroth es, pues, Hoesed, la Gracia de Elohai, Su Misericordia y Piedad. Es La Mano Derecha de YHVH y bajo Su Poder se hallan esas criaturas de los Cielos llamadas Dominaciones o Hasmalim, que actúan en la esfera de Júpiter. El Angel principal es Zadkiel, que fuera guía de Abraham.

El quinto Sephiroth es Din, el Rigor de Elohim Gibor. De este fruto
procede la Ley de Dios, y sus granos son las Sentencias de Su Tribunal: todo acto humano, y todo ente de la Creación, deben someterse al Juicio, de
Geburah, de Elohim Gibor. Es La Mano Izquierda de YHVH y bajo Su Poder están las Potestades denominadas Seraphines, que influyen en la esfera de Marte. Su Angel principal es Kamael, el protector de Sansón.

El sexto Sephiroth es Tiphereth, la Belleza de YHVH. Unido con las Sephirah Hoesed y Din conforman la tríada productora de los entes creados, Din, Tiphereth, Hoesed, pero en realidad Tiphereth es el Corazón de YHVH, el asiento del Fuego Caliente de la Gran Madre Binah. En Tiphereth, las Formas adquieren la perfección arquetípica de la Belleza Suprema: los actos de los
hombres, inspirados en Tiphereth, sólo pueden ser actos de Amor; y los entes creados, se hallan religados entre sí por el Amor Universal que irradia el Corazón de YHVH. En Tiphereth todo es Bello y Perfecto, porque la Sabiduría Hokhmah de las cosas pensadas perfectas, y la Inteligencia Binah de su concepción, producidas por la Gracia Hoesed y ajustadas al Rigor Din de la Ley, brillan en su Fruto. Mas Tiphereth no es una Granada sino una Fresa, es decir, una Rosa, otra parte del Mensaje Uno del Amor de YHVH hacia el Hombre Anímico. La Fresa Tiphereth se transforma en Rosa cuando el Corazón del Hombre terrestre alberga el Fuego Caliente de la Pasión Animal. Bajo Su Poder se encuentran los Angeles que operan a través de la esfera del Sol, las Virtudes llamadas Malachim. Y existen aquí dos poderosos Angeles: uno, Rafael, que fue guía de Isaac; y otro, Peliel, que dirigió el destino de Jacob. Actúan también aquí unos Angeles que deberían estar más alto: son los Seraphim Nephilim que los Atlantes blancos acusan de “Angeles Traidores”, pero que en verdad sirven a YHVH con enérgica dedicación, llevando adelante sus Planes de progreso humano y favoreciendo la creación de la Sinarquía Universal del Pueblo Elegido. Ellos fundaron la Fraternidad Blanca y fijaron su residencia en el Corazón de YHVH; y de Ellos depende la Jerarquía Oculta de Sacerdotes de la Tierra.

El séptimo Sephiroth, Netsah, revela la Victoria de YHVH Sebaoth, el Dios de los Ejércitos Celestes. Es La Columna Derecha del Templo, Jaquim, y bajo Su Poder están los Principados o Elohim, los Angeles que influyen desde la esfera de Venus. Cerviel, el Angel director de David, la preside.

El octavo Sephiroth es Hod, la Gloria de Elohim Sebaoth, la Columna Izquierda del Templo, Boaz. Domina a los Arcángeles Ben Elohim, que se 
expresan desde la esfera de Mercurio: Miguel, el inspirador de Salomón, es aquí el Angel principal.

El noveno Sephiroth es Yesod, el Fundamento de la Creación de YHVH Saddai, el Todopoderoso. Es el órgano reproductor de YHVH, y, conjuntamente con Netsah y Hod, compone la última tríada constructora o ejecutiva: Hod, Yesod, Netsah. Su Poder abarca a los Angeles conocidos como Querubines, que se manifiestan desde la esfera de la Luna, y su Angel principal es Gabriel, protector de Daniel.

Y el décimo Sephiroth es Malkhouth, el Reino de Adonai Melekh, el Señor Rey de la Creación, reflejo último del Anciano de los Ancianos. Por eso bajo Su Poder se sitúan todos los miembros de la Jerarquía Oculta y de la Fraternidad Blancalos Issim del Pueblo Elegido. Y por eso su Angel principal es Metatrón, el Alma del Messiah. Malkhouth es la Madre Inferior, como Binah es la Madre Superior, mas, si el descenso de la Madre Inferior se exterioriza en el Pueblo Elegido, éste pasa a ser la Shekhinah, la Esposa Mística de YHVH.

Trigesimoprimer Día
Todo esto, vosotros lo conocéis bien –agregó Bera, que era quien estaba describiendo el dibujo del Sepher Icheh– pero he repetido lo esencial para evitar malentendidos, pues enseguida explicaremos el Misterio de la Piedra de Fuego.
Semejante explicación, que fue a Nos solicitada por el Gran Maestre del Temple, requiere la comprensión previa y exacta de la Obra de El Uno, de la Creación de YHVH, de Su Manifestación en lo Creado como Arbol Rimmón de los Principios inmanentes y absolutos, de su triple principio de la acción inmanente, Shekhinah, Avir, Metatrón.
Suspiró, aliviado, el Gran Maestre, quien ya temía que la explicación pedida no llegase nunca.
–Observad las raíces del Granado de la Vida: surgen del décimo Sephiroth, el Reino, que lleva en su tronco el Signo de la Almendra. Como el candelabro Menorah, las raíces son siete y culminan en los cálices de la flor de Almendra, donde se asoman al Mundo terrestre los Ojos de YHVH, los Ojos que nunca duermen, los Ojos que lo ven todo, los Ojos que viera el Profeta Zacarías.
Estas raíces ópticas del Arbol de YHVH representan a Israel Shekhinah, al Pueblo Elegido, siendo Uno con El Uno, es decir, muestran la concreción del Plan, muestran al Pueblo Elegido ejerciendo el Gobierno Mundial en Nombre de El Uno: en verdad, será el inefable Uno quien se mostrará en la Shekhinah de Israel al Final del Tiempo.

–Dijo el Profeta: –prosiguió Birsa– “Así dice YHVH: el Cielo es mi Trono, y la Tierra la Piedra de Fuego bajo mis pies”. YHVH descansa, pues, sus pies, las raíces del Arbol Rimmón, sobre una Piedra de Fuego que no es otra más que el Alma del Messiah, manifestada en la Shekhinah: esa Piedra terrestre, es la réplica de Metatrón, el Hombre Celeste, Arquetipo de todos los hombres de barro
caliente. Porque esa Piedra de Fuego, que estaba desde el Principio de la Creación, pero que no fue empleada por los Constructores, encajará con justeza al Final del Tiempo, cuando el Tiempo sea terminado y se constituya en Piedra Angular, Clave de Bóveda de todo el edificio: “La Piedra que el Cantero desechara, se ha tornado Piedra Angular” [Salmo, 118,22]. ¿Y dónde se asienta esa Piedra de Fuego, el Alma del Messiah, Metatrón, que es modelo de todos los hombres de barro caliente? Según el Profeta: “Por eso, dice Adonai YHVH: Aquí estoy Yo poniendo en Sión el cimiento de una Piedra, una piedra probada, angular, preciosa, fundamental, cimentada; quien crea, no se moverá de aquel cimiento” [Isaías, 28,16]. Los hombres mortales, Piedras de Barro, serían al Final como la Piedra de Fuego, como Metatrón, el Hombre Celeste; serían así cuando el Templo estuviese listo, y cada uno ocupase su lugar en la construcción, de acuerdo al modelo del Messiah; serían así en los días en que el Reino de YHVH se concretase en la Tierra; y reinase el Rey Messiah; y la Shekhinah se manifestase como el Pueblo Elegido. Porque sólo para Israel ha creado YHVH el Reino y el Rey: ningún pueblo Gentil ha sido nunca un verdadero Reino, aunque lo haya parecido, ni ha existido un verdadero Rey, fuera del Pueblo Elegido: por eso el Nombre Melquisedec, del Supremo Sacerdote de nuestra Orden, significa en realidad “El que destrona a los Reyes” y no “El Rey de Sedec” como hemos hecho creer a los Gentiles.
Melquisedec, y los que pertenecemos a su Orden, hemos de destruir todo falso Reino y todo falso Rey antes de que se reproduzca en la Tierra el verdadero Reino de YHVH, Malkhouth, con el Gobierno Mundial del Pueblo Elegido.
Sin embargo, Sacerdotes, el Plan de Dios ha sido trastornado y ahora será necesario sacrificar a los hombres de barro en un Holocausto de Fuego, al Final del Tiempo, justamente cuando el Templo esté levantado y el Reino se realice en la Shekhinah de Israel: como Os aseguramos, la Piedra de Fuego deberá ser lavada con lejía para borrar su Señal Abominable.
La Piedra de Fuego, que era un Arquetipo Puro al Principio del Tiempo, se multiplicó, sin perder su singularidad en El Uno que caracteriza a todos los Sephiroth: y cada Piedra de Fuego, idéntica a la del Principio, era un Alma que alcanzaría la perfección al Final, al ser como todas Una con El Uno; el hombre de barro llegaría así a ser Piedra de Fuego, semejante a Metatrón: para ello sólo debería cumplir la Ley y desplazarse en el Tiempo hacia el Final, donde estaba la Perfección.

Pero he aquí que Ellos, los Seraphim Nephilim, creadores de la Fraternidad Blanca, grabaron el Signo Abominable en la Piedra de Fuego sobre la que cada Alma de los hombres de barro se asienta. Y el Signo Abominable enfrió la Piedra de Fuego, Aben Esch, y la quitó del Final.
Entonces, Sacerdotes, la Piedra que debe ser lavada con lejía al Final, es la Piedra Fría que no tendría que estar donde está, porque no fue puesta al Principio por el Creador Uno.
Piedra Maldita, Piedra de Escándalo, Semilla de Piedra: Ellos la plantaron después del Principio en el Alma del hombre de barro y ahora se halla en el Principio.
El Tiempo es el constante fluir de la Conciencia de El Uno: entre el Principio y el Final del Tiempo está la Creación; y al Final del Tiempo está la Perfección del Alma como Piedra de Fuego. Es la Voluntad de YHVH que el Alma alcance la Perfección Final según el modelo de Metatrón.
Pero ahora el Alma no puede ver a la Piedra Fría que lleva hundida en su seno. No la percibe hasta que ella se atraviesa en su camino y se convierte en Piedra de Tropiezo para el Alma, en Obstáculo Insalvable para alcanzar el Bien de la Perfección Final.
Sin la Semilla de Piedra en el Alma del hombre de barro no habría habido Mal ni Odio hacia la Creación, la evolución se hubiese realizado por la Fuerza del Amor al creador, la Perfección Final hubiera estado asegurada para toda Alma Creada: ahora ese Plan de YHVH será imposible de cumplir, y el Juicio Din del Anciano de los Días determina que sólo quienes alcancen el Bien de la Perfección Final, en cualquier Tiempo, lleguen vivos al Final del Tiempo; en cambio los contaminados por el Mal, los hombres de barro cuyas almas incuben, aún sin saberlo, la Semilla de Piedra, serán disueltos y transformados en lejía, para lavar con ella el Signo Abominable en la Piedra de Fuego.
–Sí, Sacerdotes: –continuó Birsa– Ehyeh creó todos los seres, incluida la Piedra. A ella la extrajo del Fuego Caliente y por eso la designó como “Piedra de Fuego”. Y puso a todos los Seres Creados en el Devenir del Tiempo, que es el Fluir de Su Conciencia: porque antes del Principio no existía nada creado salvo el inefable Ser Supremo.

El Espíritu de El Uno salió al Principio del Ein Sof, el Infinito Actual, que representa la nada para todas las Almas creadas. Así El Uno, que surgió también de esa nada, sacó de ella los Seres Creados, el primero de los cuales fue el Fuego Caliente, creado el primer Día: dio así Principio al Tiempo. El Alma del hombre de barro, creada luego, comenzó a evolucionar desde entonces, en dirección a la Perfección Final. Mas esa evolución era muy lenta.

Para acelerarla vinieron los Seraphim Nephilim con el consentimiento de El Uno; también surgieron de Ein Sof: a tales Angeles, nuestros enemigos denominan “Dioses Traidores”. Lo cierto es que Ellos extrajeron de la nada el Abominable Signo No creado y lo grabaron en la Piedra Caliente: y ese fue el Origen del Mal. La Piedra Señalada se transformó por ese Signo en “Piedra Fría” y se trasladó instantáneamente al Principio del Tiempo, retrocedió a la nada inicial para sostener una existencia abominable fuera del Tiempo.
De entre los Seres creados, de entre las Piedras Creadas, la Piedra Fría rechazó el Orden de la Creación, se rebeló a la Voluntad de El Uno y se declaró Enemiga de la Creación.
Quienes habían introducido el Signo No Creado en el Mundo, plantaron la Piedra Fría en el Alma del Hombre como Semilla de Piedra, para que creciese, madurase y fructificase, para que la fuerza de su desarrollo elevase al Alma rápidamente a la Perfección Final. Pero aquella Semilla, como dijimos, produciría un Fruto extremadamente hostil hacia el Dios Uno y Su Creación: un Fruto que sólo aceptaría existir fuera del Tiempo, antes del Principio, un Fruto que sólo ansiaría abandonar el mundo de los Seres Creados y perderse en la nada original; un Fruto que no podría ser previsto por el Alma porque su Semilla permanecería invisible desde el Principio; un Fruto al que denominarían “el Yo”.
Y la causa de ese Fruto no sería la Piedra Fría, ni la Semilla de Piedra, sino esos habitantes del Abismo a los que conocéis como Espíritus Hiperbóreos. Ellos son nuestros verdaderos enemigos, mas, afortunadamente, sólo pueden manifestarse en el Alma del hombre mediante la Piedra Fría; comprenderéis, que aquello que los encadena al Alma del hombre, sin que Ellos lo adviertan, es la Piedra Fría en el Principio. Empero, si la Piedra Caliente fue extraída del Fuego Caliente, el Fuego Frío, contrariamente, ha brotado de la Piedra Fría: por ese Fuego Increado la Estirpe Maldita de Tharsis, que acabamos de exterminar, escapó durante siglos a nuestro control e infectó al mundo con Hombres de Piedra que pretendieron destruir las bases del Culto.

Al parecer, los Seraphim Nephilim no contaron con que el Fuego Frío brotaría de la Piedra Fría y revelaría a los hombres luciféricos lo que Ellos denominan “Negrura Infinita de Sí Mismo”; por eso es necesario, desde que tal odioso Misterio fue posible, evitar en el Futuro que la Semilla de Piedra madure y fructifique, que nazca el Niño de Piedra que recibirá la revelación del Fuego Frío y apagará el Fuego Caliente del Corazón; es necesario lavar la Piedra Fría con Lejía para que recupere el Fuego Caliente, el Fuego que jamás debe abandonar el Corazón del hombre.

En verdad, Sacerdotes, aunque Ellos culpen a El Uno, y a sus representantes terrestres, de la desgracia que los aqueja, fueron los Seraphim Hiperbóreos, los que moran en el corazón de YHVH, Tiphereth, quienes conservan el encadenamiento espiritual; cierto que éstos obraron con el consentimiento de El Uno y nadie sabe cuándo ni para qué los creó, ni por qué les otorgó, también, el Poder de extraer seres de la nada. A menos que se conceda crédito a lo que Ellos mismos afirman: que no son Seres Creados por El Uno sino que proceden, como Ehyeh, de un Mundo existente Más Allá del Ein Sof; y que su naturaleza espiritual es igual a la de El Uno. Pero creerles a Ellos sería cometer la más grande herejía contra la Hokhmah del Maestro del Todo, pues ¿acaso no declaró el Uno mismo su Unidad Absoluta y Excluyente?:
“¿A quién me compararéis que se me parezca?, dice el Santo Anciano. Levantad a lo alto vuestros ojos y mirad: ¿Quién creó todo aquello?” [Isaías, 40,25]. 
“Así dice YHVH, Rey de Israel, su Redentor, YHVH Sebaoth: Soy el Primero y el último, y fuera de mí no hay ningún Dios. Vosotros sois mis Testigos. ¿Hay algún Dios fuera de mí? No hay otra Piedra; Yo no la conozco” [Isaías, 44,6]. 
“Vosotros sois mis testigos, dice YHVH, pues sois el Pueblo Elegido por Mí para que sepáis y comprendáis que Yo Soy, Ehyeh. Antes de Mí ningún Dios existió, y después de Mí no lo habrá. Yo, Yo Soy YHVH, y fuera de mí no hay Salvador. Yo Soy Dios desde siempre y también desde hoy Soy el mismo, y no hay quien escape de mi mano: haré lo que quiera ¿y quién lo cambiará?” [Isaías, 43,10]. 
Sí, Sacerdotes; no debemos dudar de El Uno. Pero tampoco olvidar que los Seraphim Hiperbóreos fundaron la Fraternidad Blanca a la que todos pertenecemos y en cuya Jerarquía hemos alcanzado el Más Alto Sacerdocio.
En síntesis, de acuerdo a los planes de los Seraphim Nephilim, mientras la Semilla de Piedra se desarrollase, el Alma del hombre de barro evolucionaría indudablemente acelerada en dirección de la Perfección Final. Pero la realidad contradijo estos planes: aquel Germen del Mal, al Fructificar, lejos de impulsar al Alma a elevarse hacia la Perfección Final, la hundiría en el Terror de Abismos sin Nombre, en la Eternidad de una Negrura Infinita.
Al fin, la Semilla de Piedra terminaría dominando al Alma del hombre de barro y convirtiendo a éste en un Enemigo del Creador y de la Creación, endureciendo su Corazón y tornándolo un ser carente de Amor, transformándolo en un Hombre de Piedra.
Es por eso que Nosotros, los Sacerdotes Perfectos, debemos propiciar el Holocausto de Fuego, que lave con lejía al Final la Señal Abominable en la–Piedra–que–está–plantada–en–el–Alma–del–Hombre–de–Barro. –concluyó Birsa.

Trigesimosegundo Día
Inmediatamente, Bera agregó lo siguiente:
–Durante milenios, en el Continente hundido de la Atlántida, que los Gentiles jamás deben saber que existió, los Sacerdotes de El Uno lucharon contra el efecto hostil que la Piedra Fría causaba en el Alma de los hombres de barro. Se procuraba, por diversos medios, que el Espíritu Increado, encadenado al Alma por la Piedra Fría, olvidase su Origen, más allá del Ein Sof. Y los resultados fueron alentadores pues, finalmente, la sangre de los hombres de barro se había degradado de tal modo, que el Espíritu Increado era incapaz de orientarse hacia la Piedra Fría que le revelaría su Origen Divino. Hubo entonces una Edad de Oro Cultural, en la que otro Pueblo Elegido, semejante a Israel,
instauró la Sinarquía Universal y se preparaba para el Reino de la Shekhinah.
Fue en ese momento que algunos Hombres de Piedra, que escaparon al exterminio a que los sometían los Sacerdotes y los Seraphines Nephilim, consiguieron atraer en su ayuda a otros Serafines, llamados “Hiperbóreos”, quienes ingresaron al Universo Creado a través de la esfera de Venus. El más terrible de esos Serafines fue el conocido como Lúcifer, Phósphoro, o Héspero, ya que, enfrentando a todas las Legiones Celestes de YHVH Sebaoth, se precipitó a la Tierra para legar su propia Corona al Espíritu, encadenado en los hombres de barro. Dejó aquí, pues, la Maldita Gema del Gral, que tiene el Poder de impedir que el Espíritu olvide su Origen. Hecho esto, regresó por donde había venido, pero dejando tras de sí los gérmenes fertilizados de las Estirpes luciféricas contra las que aún combatimos, en todo semejantes a la Casa de Tharsis que acabamos de exterminar.

Y serían esas Estirpes condenadas por YHVH, especialmente las surgidas de la Raza Blanca, las que ya no olvidarían el Origen, las que se propondrían germinar la Semilla de Piedra en todos los hombres de barro, las que desatarían la rebelión contra la Ley de YHVH y el odio a la Creación. Y así fue como se llegó inevitablemente a la Batalla de la Atlántida, que finalizó con una catástrofe planetaria. Sin embargo, el mayor Mal todavía no había ocurrido: éste sobrevino por causa de Lúcifer y de esa Mujer, La Intrusa Ama, que fue capaz de ingresar en la esfera de Venus y obtener el Secreto de las Semillas de Piedra. Sí Sacerdotes: el Serafín Lúcifer entregó a La Intrusa la Espiga de las Semillas de Piedra, que hasta entonces sólo poseían los Seraphim Nephilim. Y a su regreso el Mayor Mal se abatió sobre los hombres de barro, pues La Intrusa eligió a los más valientes y comenzó a plantar en sus corazones la Semilla de Piedra que apaga el Fuego Caliente de la Pasión Animal, el Amor de la Gran Madre Binah: cada Semilla de Piedra sería un Guerrero Sabio, un Hombre de Piedra situado fuera de la Ley de YHVH, en lugar del hombre idéntico a Metatrón que estaba destinado a ser al Final del Tiempo. Con su acto incalificable, La Intrusa, La Virgen de Agartha, ofendió profundamente a la Gran Madre Binah, a quien arrebató el Amor de numerosos Hijos: por eso es que se debe purificar esta tierra de Huelva, que por tantos siglos ha estado dedicada a su Culto Impío.
Sólo así descenderá la Shekhinah en Rus Baal.
Ella, Sacerdotes, es Nuestro Más Poderoso Enemigo, su Mal está por encima de todos los males; su Hostilidad hacia la Creación, supera a la de cualquier Hombre de Piedra; su Valor para enfrentar a El Uno sobrepasa al del Guerrero Sabio más valiente: frente a Ella, y a su Misterio Infinito, todos tiemblan de Terror; y tras el Terror y la Muerte, sólo sobreviven los Espíritus Increados, que son de su misma esencia Hiperbórea. Ella regresó de Venus, portando la Espiga de las Semillas de Piedra y trayendo en su vientre al Demonio de la Guerra, a Navután, su Hijo Increado. Todo fue una conjura del Serafín Lúcifer: El quiso que Ama tuviese un Hijo de Piedra, un Hijo que se pusiese al frente de la Raza Blanca y fundase para sus miembros un Misterio; y que los Iniciados en ese Misterio adquiriesen la Inmortalidad y recibiesen en su Corazón la Semilla de Piedra de la Virgen de Agartha.

–¡Mirad el Sepher Icheh! –ordenó Bera, a quien esta parte de la Historia producía una extraña mezcla de Odio y Terror–. Aquí se auto-crucificó Navután, –señalaba las ramas que iban desde el tronco hasta las Granadas Hoesed y Din–.
El As estuvo sujeto del Brazo Derecho y del Brazo Izquierdo del Santo Anciano, bajo su Gran Rostro y sin advertir que la Piedra de Fuego, Aben Esch, pendía sobre su cabeza. Nueve noches agonizó en la Cruz de Rimmón hasta que Frya, un Demonio Femenino tan terrible como Ama, salió de su ojo y averiguó el Secreto de la Muerte. Mas, para poder revelarlo a Navután, que acababa de morir, tuvo que comer un grano de la granada Hokhmah y transformarse en perdiz: entonces bailó para Navután la danza coja que permite salir del Laberinto de Ilusión de la Muerte; empero, aquel alimento la encadenó a la Ilusión, como a Perséfone, y no pudo regresar ya al Origen de donde había acudido para salvar a su Esposo. Es así que Frya, un nuevo Enemigo de la Creación, se quedó junto a Vides, el Señor de Agartha, la guarida de los Demonios Increados, y junto a Navután su Esposo, para llevar adelante la Guerra Esencial contra El Uno.
Navután, por su parte, resucitó y reveló a los miembros de su Raza el Secreto de la Muerte mediante el Misterio del Laberinto, en cuyo curso los Iniciados reciben en su corazón la Semilla de Piedra de la Virgen de Agartha y pueden convertirse en Hombres de Piedra. Discípulos de Navután fueron los Atlantes blancos, que sembraron el Mundo de Piedras impías, los que abrieron las puertas de las Mansiones Celestes para tomarlas por asalto.

Por eso, ¡no olvidéis, Sacerdotes, las condiciones del Pacto Cultural! Los Hombres de Piedra son nuestros más terribles Enemigos porque se han propuesto impedir la concreción de los Planes que YHVH ha dispuesto para la Humanidad: pero también lo son las Piedras de los Hombres de Piedra. No olvidéis que se deben destruir sus Piedras malditas pues en ellas podrían haber Semillas de Piedra, gérmenes de seres inconcebibles que podrían fructificar y nacer en determinados momentos de la Historia. No olvidéis que la Piedra Fría está siempre fuera del Tiempo, más allá del Principio de los Seres Creados, invisible para Nuestras Almas pero pronta a manifestar su hostilidad esencial cuando la oportunidad, es decir, el kairos, lo permita: ignoramos, pues, si de este o de aquel Meñir ha de surgir un Hombre de Piedra, pero en todo caso debemos destruirlo. No olvidéis que libramos la Guerra Esencial contra el Enemigo de la Creación, que la nuestra es la guerra entre la Lejía y la Piedra Fría, entre el Fuego Caliente y el Fuego Frío, entre lo Creado y lo Increado, entre el Ser y la
Nada.

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En la Biblia, el libro sagrado del “Pueblo Elegido”, en el mito de Abel y Caín, se encuentran perfectamente reveladas las reglas de juego. En la “preferencia” de Jehová Satanás por los pastores hebreos, representados por Abel, y en el desprecio y castigo de los linajes hiperbóreos, simbolizados por Caín, aparece planteado el conflicto metafísico de los orígenes, pero actualizado ahora como confrontación cultural y biológica. La Raza Sagrada hebrea ha venido a traer la Presencia de Jehová Satanás; (Presencia consciente, diferente del soplo panteísta con que el Demiurgo anima la materia) al plano de la vida humana, de la encarnación, del dolor y del sufrimiento. Por eso la antigua enemistad trascendente entre Espíritus cautivos y Demonios se transforma en enemistad inmanente entre los linajes hiperbóreos y el Universo material, dado que la Raza Sagrada es Malkhouth, el décimo Sephiroth, es decir, un Aspecto del Demiurgo. Esto último debe entenderse así: Israel es el Demiurgo. Vale la pena aclararlo. Según las enseñanzas secretas de la Cábala y tal como puede leerse en el Libro del Esplendor, Sepher Yetsirah, o en el Libro del Holocausto de Fuego, Sepher Icheh, es decir, acudiendo a las fuentes más confiables de la Sabiduría Hebrea, para la “creación” de la “Raza Sagrada” Jehová Satanás manifiesta uno de sus diez Aspectos o Sephiroth. El décimo sephiroth, Malkhouth (el Reino), es el propio pueblo de Israel, de acuerdo a los textos oficiales hebreos, el cual guarda un nexo metafísico con el primer Sephiroth, Kether (Corona), que es la Cabeza o Conciencia suprema del Demiurgo. En otras palabras: hay identidad metafísica entre Israel y Jehová Satanás o, si se quiere, “Israel es Jehová Satanás”.

Como decía antes, la enemistad entre la Raza Sagrada y los linajes hiperbóreos, enemistad que se ha visto declarada en el mito de Abel y Caín, significa un enfrentamiento entre éstos y el Universo material, dado el carácter de Malkhouth, desdoblamiento del Demiurgo, que ostenta Israel. Con Malkhouth, el Demiurgo ha querido imponer la realeza del linaje sagrado hebreo a los restantes pueblos de la Tierra. Si estos pueblos gentiles han olvidado el pasado, y se han sometido al Plan que lleva adelante la Fraternidad Blanca, entonces aceptarán de buen grado la superioridad hebrea y el mundo marchará alegremente hacia la Sinarquía. Pero, ¡hay de aquellos Goym que no renuncien a su herencia hiperbórea y persistan en recordar el conflicto de los orígenes! No habrá lugar para ellos en la Tierra porque con la Presencia de Malkhouth, el linaje sagrado de Israel, el Demiurgo asegura su persecución e inmediato aniquilamiento.

"...Después del hundimiento de la Atlántida, y en virtud de las pautas del Pacto Cultural, los linajes hiperbóreos han coincidido siempre en que la sociedad humana debía organizarse en torno de tres funciones principales: Regia, Sacerdotal y Guerrera. La armonía y la independencia de las tres funciones garantizaría un cierto equilibrio apropiado para los tiempos de paz y de prosperidad, o sea cuando la sociedad progresa materialmente hacia el futuro. En distintas Epocas de su historia muchísimos pueblos de linaje hiperbóreo experimentaron breves períodos en que el equilibrio de las tres funciones permitió disfrutar de esa tranquilidad social, mediocre y cortesana, que ocultaba en realidad una ausencia total de contacto carismático entre la masa del pueblo y sus Líderes, situación típica que se caracteriza por la indiferencia general.
Cuando una sociedad se estabiliza de esta manera la Fraternidad Blanca de Chang Shambalá afirma que “evoluciona” y que “progresa”. Es pues del interés de los Demonios llevar a la Humanidad a un estado de equilibrio permanente de las tres funciones; ¿con qué objeto?: para preparar el advenimiento de la Sinarquía, es decir, la Concentración del Poder en manos de una Sociedad Secreta o cofradía oculta. ¿Qué fin tiene concentrar el poder en manos de seres que actúan en las sombras? La respuesta se halla relacionada con la manifestación por parte del Demiurgo de “Malkhouth”, la Raza Sagrada: el poder sobre las naciones pertenece (en esta etapa del Kaly Yuga) a Israel como herencia de Jehová Satanás y prueba de su linaje teológico. Mientras llega el tiempo de Israel la Sinarquía será el regente del poder concentrado por la Fraternidad Blanca.

“En el año 30 de la Era cristiana el Verbo se hizo carne y habitó entre los hombres”. Aquel por cuya Palabra fue creado el Mundo, se vistió con el ropaje de su Arquetipo Hebreo, Malkhouth, y se manifestó a los hombres en la persona de Jesús de Nazareth. Fenómeno de los fenómenos, Maravilla de las maravillas, ¡qué espectáculo prodigioso habrá sido ver al Demiurgo hecho hombre! Hay que reconocer que esta vez hubo una innegable calidad en su infernal idea de imitar al Kristos de la Atlántida y aprovecharse del Recuerdo de Sangre de los hombres.
El resultado está a la vista. Poco a poco los pueblos salieron de la “barbarie” y la “Civilización” se extendió hasta los últimos rincones de la Tierra. 
Y los hombres
lenta pero inexorablemente se han ido adaptando al patrón psicológico judío ¿cómo se logró este éxito? ¿por qué alquimia colectiva la efímera vida de Jesús Cristo consiguió influir sobre los pueblos durante milenios hasta desembocar en su completa judaización? ¿fue sólo el Recuerdo de Sangre del Kristos de la Atlántida lo que determinó tal resultado o hubo otros factores ocultos que contribuyeron a la confusión de la Humanidad y a su judaización actual? Sin entrar en demasiados detalles, dado que el tema da para largo, puedo decir que el Arquetipo Hebreo de Jesús Cristo, que se hallaba al igual que todos los Arquetipos en el Plano Arquetípico, fue precipitado al plano físico o actualizado durante la encarnación del Demiurgo en el cuerpo de Jesús de Nazareth. Tal actualización del Arquetipo Malkhouth significa que se ha establecido una fuerza permanente en la Tierra, la cual actúa de manera equivalente a la gravitatoria “empujando” al hombre hacia la forma judaica. Ello es debido a una razón que es también un terrible secreto: ¡Jesús Cristo no ha desencarnado! Por el contrario se ha situado desde entonces “en el centro de la Tierra”, junto al Rey del Mundo, irradiando desde allí su “potencia arquetípica” (hoy diríamos “información genética”) en infinitos ejes geotopocéntricos que parten del centro terrestre y atraviesan la columna vertebral de los hombres. Esta es la fuerza arquetípica permanente de Jesús Cristo. Pero no es la única:
también actúa sobre el hombre una influencia judaica emocional, irradiada desde el propio “Pueblo Elegido” de Israel ya que la Raza Sagrada forma parte de la anatomía oculta de la Tierra cumpliendo la función de chakra corazón o anhata chakra.
(Página 287)

(Página 506) "...Pero regresemos a la Tierra. Cuando los Guías Traidores llegan a la Tierra, se instalan en un “centro” al que denominan Shambalá, o Dejung, y fundan lo que se ha dado en llamar Gran Fraternidad Blanca o Jerarquía Oculta de la Tierra. No es un lugar localizable físicamente sobre la superficie terrestre, cuestión sobre la que Ud. deberá aprender más adelante, sino que se halla situado en un pliegue topológico del espacio. Pero lo que interesa aquí es destacar que el jefe de los Guías Traidores, se autotitula Rey del Mundo, pasando a ocupar el lugar de uno de los doce Kumaras del sistema solar. ¿Qué es un Kumara? un Angel planetario, una de esas “entidades conscientes”
encadenadas por El Uno que conforman la “idea de un planeta”. Es aquí adonde debe ubicarse la clave del nombre Jehová y de su “Raza Elegida”. Porque el Espíritu planetario se llamaba Kumara Sanat, quien luego de la constitución de Shambalá y de la venida del Rey del Mundo, decide actuar como regente de El Uno en la ejecución de Su Plan, ahora modificado. Para ello se encarna, en nombre de El Uno, en una “Raza Elegida” para reinar sobre los Espíritus hiperbóreos esclavizados. 
Esa es la Raza hebrea. Es decir que tenemos por un lado a la Jerarquía Oculta de Chang Shambalá, con sus Demonios: los Guías Traidores y su jefe: el Rey del Mundo, quienes llevan adelante ahora la “evolución” del planeta y son quienes “guían” a las Razas por medio de una siniestra organización llamada Sinarquía. 
Y por otra parte tenemos la Raza hebrea que no es sino la modificación de Sanat Kumara en la Tierra para ocupar el máximo escalón de la Sinarquía, en nombre de El Uno. Los mismos hebreos en su Kabala estudian que “Israel es uno de los 10 sephiroth”, el sephirah Malkut,
es decir una de las emanaciones de El Uno.
Finalmente Jehová es el nombre cabalístico del Demiurgo, El Uno que Sanat Kumara representa en la Tierra y es, como dije al comienzo de esta agradable charla, el último nombre histórico que conocemos de El. Por eso nosotros, los Antiguos Seres Hiperbóreos que aún permanecemos encadenados en el Infierno, debemos tener bien presente que “el Enemigo es Jehová Satanás, el Demiurgo de este Mundo”, como bien dijera el joven Kurt. (Página 507)

(Página 633)
Recuerda, neffe, que la célebre “Divisón Internacional del Trabajo” es un concepto del liberalismo inglés del siglo XIX. Ahora puedes ver que se inspira en los Principios talmúdicos: “el Rey, si es Sabio, debe dividir a sus bases para reinar”; “el Rey es el único todo, al que no pueden alcanzar ninguna de las partes”; “las partes del Reino, valen mientras sirven”. Naturalmente, este Reino es Malkhut, el décimo Sephiroth. (Página 633)

1 comentario:

  1. La incursión de los alemanes a la tierra hueca, oasis antártico o como le llamen, es un hecho HISTORICO ESTRUCTURAL que significa el paso secuencial evolutivo a la próxima civilización, es decir que si bien los alemanes “ganaron ese territorio”, en modo alguno se salieron de las generales de la ley en cuanto al proceso planetario se refiere, dicho de otra manera; el salto evolutivo de los alemanes era en extremo necesario para los Judíos, pues sin salto evolutivo no hay final, y sin final no se puede sacrificar al resto de la humanidad o vaca roja, y sin sacrificio de la vaca roja (humanidad) no hay ascensión de los Judíos elegidos a la diestra y siniestra del SEÑOR, ¿se entiende?... la cosa la hicieron poco menos que de común acuerdo, como de muestra basta un botón, menciono este ejemplo: El joven Judío Kissinger ya era el encargado de proveer los salvo conductos de los nazis que escapaban de Alemania, bajo la cobertura del grupo Odessa, a Italia y de allí a América, a través de un monasterio cristiano, todo el mundo sentado en la misma mesa. También EEUU tenían un contingente de barcos cisterna de la Américan Oil para proveer en plena guerra combustible a la maquinaria de guerra alemana, que tenía salvo conducto en todos los mares del mundo, los aliados no los tocaban. Luego, todo el pelotudeo de la guerra fría y demás. Los Judíos en la superficie y los Nazis en el interior de la tierra, es una situación equilibrada que nadie quiere trastocar, ni Judíos ni Nazis, ahora bien, la reclusión al interior de la tierra, supone la exposición a la radiación del sol interno, que nada tiene que ver con el sol exterior, el que sale y se pone todos los días, tal como lo conocemos y eso significa que los 2 millones de alemanes que en la década del ‘30 ingresaron a través de la abertura antártica, “despegaron” de esta civilización que nosotros padecemos, por ende no están bajo los efectos de Shambala, para decirlo en palabras de Felipe, quedaron como esos astronautas zombies, que al trasladarse a la luna zafan de los efectos de la Kalachacra (Shambala) momentáneamente. Para concluir digo que cuando alguien quiere comprender algo, debe llegar al fondo de la cuestión y el fondo de la cuestión en lo que a esta civilización se refiere está aquí en la superficie del planeta no en el interior, en el interior se está en un nuevo argumento correspondiente a la nueva civilización. Mi conjetura, mi teoría es que esas 2 millones de almas “alemanas” que se llevaron a la Antártida deben haber sido genéticamente muy puros, muy arios pero el 99% deben seguir aun hoy, esotéricamente, totalmente en bolas y a los gritos

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